En la disciplina de tiro con armas de caza, se encumbró al título Fernando Enrique Brol en la prueba individual de doble foso olímpico, mientras que su hermano Hebert se quedó con medalla de plata.
En la tanda de 5 rondas, el mayor de los Brol fue el mejor de 18 exponentes, después de derribar 131 platos. Le siguió Hebert con 126 y el colombiano Danilo Caro con 125.
Luego en la competencia por equipos, Guatemala también mostró su poderío al cosechar oro con la intervención de Pablo Duarte y los hermanos Brol. La puntuación para el representativo nacional fue de 365, superando a Colombia y México, con 358 y 323 respectivamente.
Esa conquista supuso la medalla dorada número 100 de nuestro país en todas las ediciones de Juegos Centroamericanos y del Caribe desde la primera en 1926. También sirvió para superar la producción de títulos de Veracruz 2014 (allí se registraron 15).
Fernando Enrique, atleta olímpico y subcampeón mundial en Chipre en 2015, logró su tercer oro en Barraquilla, ya que previamente fue campeón en el evento por equipos de foso.
En el polígono del Club de Barranquilla, la delegación de tiro caza hizo historia al quedarse con los dos últimos en el evento de doble foso, que saldrá de programa del Ciclo Olímpico.
Al final de la tarde, el judoca Julio Molina logró el oro 17, luego de vencer en desempate de la final de la categoría -60 kilogramos al dominicano Elmert Ramírez (12-01 con un ippon y dos wazari), sobre el tatami de Coliseo del Colegio Marymount.
Molina, de 23 años y originario de Izabal, entró en el libro de los récords al convertirse en el primer campeón masculino en este deporte. El antecedente femenino es de Claudia Rivera, oro en la edición de San Salvador 2002. En su ruta a la final, Molina derrotó al colombiano Johan Rojas y al cubano Roberto Almenares.