Una granja de girasoles en Ontario, Canadá, tuvo que cerrar sus puertas después de que miles de personas llegaron a tomarse selfies y destruyeran las plantas.
El 20 de julio, la familia propietaria de la granja decidió abrir sus puertas a los turistas para que pudieran visitar el lugar y tomar algunas fotografías, como lo hacen desde hace tres años.
Las fotografías que fueron compartidas en Instagram en medio de un millón de girasoles se volvieron virales, y gracias a la ubicación, los internautas comenzaron a irrumpir en la granja y destruyeron todo a su paso.
Debido a que la planta de girasol es muy frágil se dañaron, por lo que los propietarios decidieron cerrar para siempre, la propia Policía local tuvo que intervenir, ya que más de siete mil vehículos llegaron a la granja.
Los propietarios indicaron que los daños se conocerán hasta fines de septiembre o principios de octubre.