De acuerdo con un estudio sobre el comportamiento publicado en Journal of personality and social phychology, las personas que se quedan con la cara sonrojada al sentirse avergonzadas, son consideradas más confiables por los demás.
La investigación estaba asociada a individuos que demostraban vergüenza a través de gestos como volver la mirada al suelo, cubrir la boca durante una risa y, por supuesto, el rostro rojo, sin motivo aparente y de conciencia limpia.
La cara se pone colorada en un momento de vergüenza o confusión, debido a que el organismo libera adrenalina, sustancia que provoca el enrojecimiento de la piel por aumentar el flujo y dilatar los vasos sanguíneos de la cara. El fenómeno también ocurre cuando llevamos un susto o pasamos miedo.