El momento más dulce en la carrera de la jugadora Ana Gabriela Martínez cobró vida el pasado 18 de agosto, cuando se proclamó campeona mundial absoluta tras vencer a la poderosa Paola Longoria.
Pocos días después de la conquista mundial, Martínez desveló los secretos del épico triunfo, recalcó la importancia del apoyo de su equipo multidisciplinario y brindó hasta el cielo su preciada medalla. Al mismo tiempo aseguró que el triunfo fue un aprendizaje para “nunca darse por vencida” tanto en el deporte como en su vida personal.
Con 19 años y todavía como atleta junior, Martínez sorprendió al mundo y dejó su firma entre la élite del deporte de raqueta en la competencia que se desarrolló en la ciudad de San José, Costa Rica.
Martínez fue aclamada en la convivencia de atletas en agradecimiento a la población guatemalteca tras el éxito de la delegación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla, acto en el que dejó sus impresiones por la conquista.
La jugadora triple medallista en Barranquilla 2018 (dos platas y un bronce), no ocultó su lagrimas al dedicar el título mundial a su tía abuela Yolanda, fallecida hace dos años.
“Es algo difícil de contar. La persona a quien se la dedico falleció cuando yo estaba compitiendo. Juego con ella en el corazón, se que me cuida desde el cielo. El oro es compartido, es un sentimiento diferente, porque se que somos dos contra uno en la cancha. Sé que siempre hay alguien que me protege”, relató emocionada.
Detrás de la consagración de Martínez hay un grupo de personas que acompañan su preparación y desempeño, por tal motivo brindo un reconocimiento especial.
“Tengo un equipo increíble que me apoya en todo momento, aún cuando no se han dado los resultados. Le doy gracias a los que están detrás de cámara, médicos, fisioterapistas, nutricionistas, porque me mantienen en óptimas condiciones. También al COG, CDAG y todas las personas de la Asociación Nacional de Ráquetbol, ya que me han hecho la atleta que soy”, sostuvo.
Muchas lecciones le dejó a Ana Gabriela el título frente a Longoria, la jugadora mexicana que parecía imbatible, ya en los Mundiales de 2012, 2014 y 2016 había arrasado con medallas de oro y a quien venció por primera vez en su trayectoria.
“Me enseñó a que las cosas en la vida no son fáciles de conseguir. Por fin vencí a la jugadora que siempre admiré. Es importante tener a quien seguir, a quien querer alcanzar, para tener motivación. Fue una enseñanza para no darme por vencida a pesar de todo. Lo tomo como una lección en el deporte y en la vida, ya que cuando las cosas parecen en contra siempre se pueden terminar de forma positiva (jugó con una contusión en el brazo izquierdo que la dejo en riesgo de disputar la final)”, afirmó.
A partir de ahora, Martínez cree que arrancó una nueva época en el ráquetbol: “este triunfo vino a cambiarlo todo, ya veremos como reacciona Paola ante esto. Yo tengo mucho por delante y buscaré seguir ganando medallas”, reconoció.
En el corto plazo su mirada esta puesta en el US Open, prestigioso torneo abierto del circuito mundial de la IRF a celebrarse del 4 al 7 de octubre en Mineápolis. Luego jugará su último Campeonato Mundial Junior, en San Luis Potosí, México, del 3 al 11 de noviembre. Y en Semana Santa del próximo año, jugará la clasificación a los Juegos Panamericanos de Lima.
Martínez, ha dejado huella en los Mundiales Juveniles, con siete títulos consecutivos entre 2008 y 2016. Y dentro del Ciclo Olímpico, antes de Barranquilla sobresalió con dos oros y una plata en Juegos Centroamericanos San José 2013 y dos platas y un bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014.
“Es un gran honor representar a mi país, somos pocos los que tenemos la dicha de viajar y competir por todo el mundo. Estoy agradecida con las instituciones, que han tomado la importancia de impulsar el deporte en busca de una sociedad más sana”, sentenció.
