Alguna vez has puesto atención a tus vecinos, a tus tíos, a tus propios padres y probablemente alguna vez te has hecho la pregunta de cómo fue que se enamoraron de sus parejas, si aún siguen enamorados o si alguna vez lo estuvieron o bien cuales fueron los errores más comunes en sus relaciones.
he observado a parejas adultas con bastantes años de relación y he apreciado una frecuente conducta en estas parejas, la mayoría de ellas no se demuestra amor, ni siquiera un signo mínimo de afecto; muchos de los hombres de éstas relaciones, ni siquiera pasan la mayor parte de su tiempo libre en casa, como si quisieran escapar o evitar de algo que les provoque malestar, al menos éste ha sido mi análisis durante algunos años.
surgen las dudas: ¿cómo se formó esa relación?, ¿alguna vez existió amor y cuáles son los motivos por los que sigan juntos ? y, si vamos a lo más extremo podríamos preguntarles que si tuvieran la oportunidad de volver el tiempo atrás ¿volverían a elegir a la misma pareja?
De igual manera hagamos una retrospectiva de nuestras vidas y de nuestras parejas, analicemos como hemos ido madurando en ese sentido, recordemos las veces que sufrimos por un amor, por una infidelidad o cuando descubrimos que la persona a la que habíamos elegido y más de alguna vez soñamos vivir la vida entera junto a ella no era lo que realmente esperabas.
La realidad es que como seres humanos vamos creciendo no solo físicamente, sino que también vamos madurando emocionalmente y aprendemos de nuestros errores.
Siguiendo ésta retrospectiva podemos observar que ya no entregamos todo a la primera o que no nos ilusionamos tan fácilmente como aquellos primeros años de romance.
Sin embargo y aún con la madurez y la experiencia sobre nosotros, es muy común que sigamos cometiendo errores al momento de elegir pareja, y vaya que sufrimos las consecuencias de tomar malas decisiones. No se mal intérprete este artículo, no tiene como objeto el reproche, sino el aprendizaje.
Vamos pues ahora a señalar cuales son los errores más comunes al elegir pareja:
Por lo regular solemos poner expectativas muy altas en las personas que conocemos, dicho de otro modo, los ponemos en un pedestal y mientras dure el encanto del enamoramiento vivimos cegados sin apreciar los defectos del otro, después vivimos ese amargó desengaño y a esas alturas de la relación ya estamos acostumbrados a esa persona o las circunstancias nos atan a ella, circunstancias que hablaremos después.
Otro error común y creo que el que más daño provoca es elegir por elegir, ya sea por sentir soledad, por presión social o familiar o por el simple hecho de tener pareja, cuando cometemos este error nosotros mismos nos estamos destinando al fracaso y de paso arrastramos a la otra persona a ese doloroso futuro.
No terminaríamos nunca de describir los errores que cometemos al elegir pareja.
Por ello es mejor analizar qué es lo que queremos, quienes somos y que ofrecemos, porque por lo regular solo pedimos, solo deseamos y ponemos expectativas en el otro, pero no hemos desarrollado la capacidad de meditar de que es lo que nosotros ofrecemos como pareja; describimos en nuestra mente a esa personal especial que llegue y nos haga felices, pero no nos ponemos a trabajar en nosotros mismos y cómo podemos ser felices nosotros mismos a lado de otra persona y que tú mismo seas pieza de esa felicidad.
Por lo regular también existe un problema de comunicación y un problema de definición, es decir, cada quien se complica entre el amor y el deseo.
Generalmente deseamos a las personas por su atractivo físico; de ahí nace la intención de estar con ello, creemos que es amor, pero en realidad es deseo puro.
El problema de comunicación viene cuando en esa equivocada definición de amor queremos conquistar a la otra persona bajo esa falsa creencia del enamoramiento; si el deseo es recíproco nace una relación basada en la pasión y como es sabido las relaciones pasionales son efímeras, duran lo que un suspiro, entonces el deseo se extingue y el amor nunca prevaleció porque en realidad nunca existió.
De esta manera perdura una relación que no fue fructífera pero por costumbre o por otras razones sigue y es como terminan tus años a lado de alguien que realmente no amas y no te sientes feliz.
Si en realidad definiéramos desde el principio que es que queremos realmente y lo expresáramos, evitaríamos tantos enredos y males de amores.
Sin embargo, socialmente no estamos preparados para proponer relaciones pasionales porque todos vivimos en el encanto y en el ensueño de tener una relación de pareja sana y saludable, aunque sólo sea en teoría, pero desde mi punto de vista creo decir las cosas directas nos ayudaría a evitar caer en estos errores y por ende tener una vida sentimental más plena, madurar y percibir el amor de una manera aun más sincera.