Los corazones rotos se curan con Paracetamol.
No se necesita llorar toda la noche y permanecer perdidos en silenciosos suspiros, en vacíos.
Los espasmos que estrujan tu pecho se curan con una pequeña dosis de acetaminofén.
Ya no es necesario intentar gritar a la ausencia, ni a las promesas vacías, ni a las memorias que se estrellaron sobre el piso cuando te dijo que ya no te amaba y dio la media vuelta para alejarse sin mirar atrás.
La falta de aire, el dolor en los huesos y el frío en la dermis se curan con Paracetamol.
No lo dice tu mamá, ni tu hermana, ni tus amigos. Lo dice el médico: los corazones rotos se curan con C8H9NO2.
Toma una o dos pastillas, dependiendo de tu edad, del tiempo que tomaste las manos de quien amabas, tres o cuatro dosis más si consideras las mentiras, decepciones y también los sueños; incluye -por favor- los insomnios.
Ya no necesitas de terapia, ni de la escritura; no necesitas poesía para escupirle al destino, ni para identificarte, o para encontrar consuelo; ya no necesitas de espacio, ni de tiempo ni de compañía; no necesitas de otros ojos que te desnuden aunque su saliva te sepa a podredumbre. No necesitas más de la soledad que te trae pasar la noche con alguien…
Es Paracetamol lo que puede curarte el corazón roto, dicen los médicos.
**
Sabemos que una pérdida siempre nos deja un poco confundidos, sin saber qué es lo que sigue, si es que nos levantaremos de esa caída, por eso te compartimos la lista de películas para reconfortar un corazón roto y que puedes ver en Netflix.