Una madre con el corazón roto ha advertido a la gente sobre los peligros de hacerse un tatuaje de henna después de que a su hija le quedaran horribles quemaduras químicas que se convirtieron en ampollas y la marcaron de por vida.
Una mala decisión
Freja Ellis, de tres años, estaba en unas vacaciones familiares en Antalya, Turquía, cuando su madre Marlana la llevó a hacerse un tatuaje de henna negro.
Pero poco después de llegar al Reino Unido, Freja se quejó de que el diseño del gato, que se extendía desde la muñeca hasta el codo, le picaba.
El diseño estalló en una serie de ampollas dolorosas y luego se infectó.
La madre de 32 años dijo: “Mi niña ha sido marcada de por vida después de recibir lo que pensé que era un tatuaje de henna negro inofensivo. Ella llenó de ampollas y con tanto dolor. Ha sido una horrible experiencia”.
“No nos dimos cuenta de los peligros y queremos asegurarnos de que otros padres sepan lo que puede pasar para que esto no afecte a otros niños”, agregó.
Lanza alerta
Marlana dijo que su hija había estado pidiendo un tatuaje después de ver a niños mayores con ellos.
Ella dijo que “parecían muy limpios y ordenados” y por ello no tuvo preocupación hasta que la alergia brotó.
Dijo que después de llegar a casa, Freja comenzó a quejarse de una sensación de picazón y ardor solo unos días después.
Marlana, una madre soltera de Herne Bay, Kent, dijo: “Habíamos estado en casa durante unos tres días cuando Freja dijo: ‘Mamá, mi brazo, está tibio y me pica. Me duele'”.
La madre se apresuró a llevar a su hija directamente a la unidad local de lesiones menores y el médico explicó que se había usado henna negra que contiene sustancias químicas que pueden quemar la piel.