Hace cuatro años, el cazador Sergey Grigoriyev encontró un pequeño oso en el bosque. Lo llamó Vorchun (“Gruñón“) y decidió criarlo en su casa, en una zona de Rusia.
Este fin de semana, una vecina que había tomado un té con Sergey, empezó a preocuparse pues no lo había visto en días. Informó a su familia.
Cuando los familiares llegaron al lugar, encontraron al oso Vorchun fuera del lugar donde vivía y mantenía una postura agresiva.
El oso atacó a un perro que la familia llevaba y eso dio tiempo para que ellos pudieran huir y dar parte a la policía.
Al llegar, las autoridades encontraron manchas de sangre alrededor de la casa. Algunas pertenecían al perro que acababa de matar y otras a Sergey Grigoriyev.
Los oficiales no lograron controlar al oso y tuvieron que dispararle, provocando su muerte.
Finalmente, cuando ingresaron a la casa, encontraron un panorama de terror. Sergey había sido “devorado hasta los huesos” por su oso, informaron las autoridades.
“La jaula estaba abierta. El animal caminaba por la zona mostrándose agresivo. Y en el lugar encontramos los restos del esqueleto de un hombre”, dijo el detective policial Alexey Petrov. “La policía usó las armas para matar al peligroso animal. El oso no representa más un riesgo para la población”, agrega el comunicado.
Según testigos, el oso ya había atacado una vez a Sergey pero él no le dio importancia.
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