La policía argentina descubrió este sábado los cuerpos de dos hermanas israelíes desaparecidas hace dos semanas, enterrados en la casa del hijo de una de ellas, al que habían ido a visitar en Mendoza, en el oeste del país.
Los cadáveres de Pyrhia Sarusi, de 63 años, y Lily Pereg, de 54, madre y tía, respectivamente, de Gil Pereg, el presunto asesino, de 36 años, “estaban tapados con piedras y tierra” a una profundidad de entre 1,50 y 1,80 metros, según afirmó la fiscal del caso, Claudia Ríos, en declaraciones a la prensa recogidas por la agencia Télam.
El hombre, que vivía en Argentina desde hacía más de diez años, fue detenido el viernes y el sábado por la mañana fue acusado por la fiscal de “homicidio agravado” por el vínculo con respecto a su madre y de “homicidio simple” por su tía.
En su casa se habían hallado manchas de sangre en una bolsa de cemento, cuyo análisis fue positivo en relación a las dos hermanas, y también se hallaron manchas similares en su camiseta.
Las mujeres aparecieron en el lugar que los perros especializados en búsqueda de personas habían marcado en el registro que se realizó la semana pasada, con la ropa que vestían el día de su desaparición, el 12 de enero (llegaron a Mendoza solo un día antes), y sus pasaportes israelíes y australiano, que también tenía la madre del detenido.
Los investigadores explicaron que, aunque fue “bastante inteligente en su relato”, siempre sospecharon de Gil Pereg, la última persona de la que se tenía constancia de que vio a las mujeres, y aunque esperaron a corroborar los indicios para detenerle, le mantuvieron vigilado durante las dos semanas transcurridas para evitar su fuga.
La fiscal Ríos contó que, después de ser detenido, Gil Pereg, quien se encuentra en la cárcel de la provincia de Mendoza, amenazó con quitarse la vida. EFE