Washington – Una de las voces más respetadas de la historia del periodismo estadounidense, Bob Woodward, no oculta su preocupación por la deriva de una Casa Blanca liderada por un presidente, Donald Trump, que busca infundir terror para ocultar el hecho de que “no sabe gobernar”.
“El problema es que tenemos una crisis de gobierno porque Trump, como presidente, utiliza todos los abusos, los tuits, las declaraciones furiosas y los insultos como disfraz. Está ocultando el simple hecho de que no sabe gobernar”, advierte el veterano reportero de The Washington Post.
Woodward recibió a EFE en su imponente caserón del barrio de Georgetown, en Washington, para hablar de su último libro: “Fear: Trump in the White House” (Miedo. Trump en la Casa Blanca), Roca Editorial, 2018.
Retrato de la Casa Blanca
En su obra, el periodista de 75 años retrata una Casa Blanca caótica, marcada por la política impulsiva dictada por un mandatario al que le gusta “arriesgar y apostar con algunas de sus ideas”, frente a unos asesores que no se atreven a plantarle cara.
Es por eso que, según relata el libro, algunos de sus colaboradores optan por ocultarle documentos trascendentales o directamente ignoran las órdenes del mandatario.
De acuerdo con el periodista -que destapó junto con su compañero Carl Bernstein el escándalo del Watergate que le acabó costando la presidencia a Richard Nixon, en 1974- fue el propio Trump quien le inspiró el título de su nuevo libro al decirle en una ocasión que, desde su punto de vista, “el auténtico poder es el miedo”.
Testimonios directos y anónimos
Para elaborar su relato, Woodward mantuvo numerosas entrevistas con personas próximas al presidente que aceptaron hablar a condición de mantener el anonimato, un recurso que ha sido frecuentemente criticado por un Trump inmerso en una cruzada contra la prensa, a la que suele referirse como “fake news” (noticias falsas).
“Si vas la Casa Blanca y le pides a un miembro del Gabinete la verdadera historia y poder citarles ‘on the record’, lo que consigues es un comunicado de prensa, es una «M»”, lamenta.
A pesar de que el laureado investigador sostiene que sus fuentes fueron “testigos importantes”, reconoce que la clave de la credibilidad de su libro es que, más allá de declaraciones reveladoras, aportaron “muchos documentos, notas, diarios y citas”, que respaldan su investigación.