El Ministerio, encargado de gestionar las relaciones con el Norte, añade que seguirá trabajando para que haya una “estrecha comunicación entre los líderes del Sur y del Norte“ para seguir fortaleciendo lazos y lograr la paz en la península. Seúl y Washington siguen técnicamente en guerra con Pionyang desde los 50.
Después de que la cumbre de Hanói en febrero entre Trump y Kim se cerrara sin acuerdo, Seúl ha insistido en su voluntad de mediar para romper el bloqueo en las conversaciones sobre desnuclearización.
El año pasado, el presidente surcoreano, Moon Jae–in, y Kim Jong–un celebraron tres cumbres que resultaron clave para que Trump y el mariscal norcoreano pudieran reunirse.
Versiones diferentes sobre falta de acuerdos en Hanói
Aunque Washington y Pionyang dan versiones diferentes de lo acaecido en la mesa de negociación de Hanói, el desacuerdo giró en torno al número de activos del programa nuclear norcoreano que se desmantelarían y el volumen de sanciones internacionales sobre Pionyang que se aliviaría a modo de “medida correspondiente“.
El consejero de Seguridad Nacional de EEUU, John Bolton, que estuvo junto a Trump en Hanói, dijo el pasado fin de semana que Washington exigió en el marco de la cumbre la eliminación de las armas químicas y biológicas y del programa de misiles balísticos norcoreanos, además del desmantelamiento de los activos atómicos.