El material, similar al que se observa en la película Terminator con el robot asesino T-1000, es un metal líquido brillante que es posible manipular con magnetos, e incluso puede conducir electricidad para completar un circuito.
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Anteriormente se había intentado desarrollar una sustancia similar, pero se presentaron dos problemas.
El primero era la incapacidad de los metales de estirarse verticalmente; y el segundo, el hecho de que la manipulación sería posible solo cuando la sustancia se encontrara completamente sumergida en agua, de lo contrario se transformaba en una especie de pasta.
La Sociedad Estadounidense de Química publicó un artículo en el que explica que para lograr eso se agregaron partículas de hierro a una gota de aleación de galio, indio y estaño sumergida en ácido clorhídrico.
“Una capa de óxido de galio se formó en la superficie de la gota, lo que disminuyó la tensión superficial del metal líquido”.
Cuando los científicos usaron dos imanes en direcciones opuestas, pudieron estirar la gota casi cuatro veces su longitud original.
Los investigadores también lograron manipular el metal líquido para conectar dos electrodos horizontales y, gracias a sus propiedades conductivas, encender una bombilla led.
Además, la nueva sustancia se estiró verticalmente y se conectó con el electrodo fuera del agua sin convertirse en pasta.
Los especialistas consideran que esos avances pueden encontrar aplicaciones en el campo de la robótica blanda y la creación de robots más flexibles.