Te duele la espalda, te da sueño temprano, crees que la música está muy fuerte, te emborrachas con cuatro cervezas y la resaca te dura más de tres días. Acéptalo, ya estás viejo y según la ciencia a esta edad ya no deberías andar saliendo de parranda.
No solo lo dice tu mujer o el nuevo dolor con el que despertaste esta mañana, un estudio científico dice que a loas 37 años de edad tu tiempo de hombre fiestero ha terminado. Así como dejaste de jugar fútbol porque te ching#ste la rodilla, así llega la hora de renunciar a las desveladas y borracheras épicas, por tu bien y tu salud.
No te engañes, los 30 no son los nuevos 20 y un grupo de investigadores de Gran Bretaña hicieron un estudio social para saber a qué edad es prudente dejar de salir a clubes nocturnos.
Se hizo una encuesta masiva a miles de británicos que sobrepasaban la edad de 30 años y, después de analizar sus respuestas, los expertos sociólogos pudieron rescatar esta información que cura.
Después de llegar “al tercer piso” las personas se dan cuenta de que tienen muchas responsabilidades y sus prioridades cambian. Gran parte de los encuestados estaban casados y muchos de ellos además ya tenían hijos. El 46 por ciento de los encuestados coincidió en que ya no les agrada ir a fiestas por la noche y que la edad límite para hacerlo es hasta los 37 años.
Los principales motivos que dieron fueron tres: salir se ha vuelto muy caro, es difícil encontrar quién les cuide a los hijos y, finalmente, el cuerpo ya no da para más. Así que para estos británicos es mucho mejor pasar la noche del sábado en casa, jugando con sus pequeños, relajarse viendo películas, disfrutando un buen libro o simplemente aprovechar para dormir mucho.
Por supuesto que existen excepciones a la regla, y seguramente conoces a alguien que tiene más de 40 años pero sigue gozando de la vida nocturna. Pero si no eres de esos pocos elegidos que son inmunes al paso del tiempo y al dolor del envejecimiento, tal vez debas comenzar a considerar cambiar las fiestas por las noches familiares.
Hay cosas a las que tienes que resignarte con una actitud estoica: te estás quedando calvo, ella no va a regresar y, si ya te estás acercando a los 37, la fiesta está a punto de acabarse.
