La esposa de Iker Casillas, Sara Carbonero, regresó hoy al hospital en el que el portero español se encuentra ingresado tras sufrir un infarto, el CUF de Oporto, para acompañarle a la espera de que el jugador sea evaluado nuevamente por los médicos.
Carbonero acudió a la clínica a primera hora en un todoterreno y no hizo declaraciones a los numerosos medios españoles y portugueses que allí se congregan para conocer cómo evoluciona el guardameta.
La periodista ya había mostrado en redes sociales el buen aspecto que al final de este miércoles presentaba Casillas, que fue sometido a un cateterismo apenas horas antes.
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Sólo un susto
“Afortunadamente todo ha quedado en un susto”, fue el mensaje de Carbonero en redes sociales, donde compartió una foto en la que se veía a ambos en el hospital y en la que agregó: “la vida tiene a veces esa extraña manera de recordarnos celebrar cada latido”.
El portero, que cumplirá 38 años este mes, comenzó a sentirse mal durante el entrenamiento del Oporto este miércoles por la mañana y fue trasladado del urgencia al hospital.
Carbonero estaba en Tarifa, sur de España, trabajando, y regresó de inmediato a Portugal cuando se enteró de la noticia.
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Fuera de las canchas
El cardiólogo que lo atiende le recomdó a Casillas retirarse de las canchas luego del infarto agudo del miocardio que sufrió el miércoles.
“La rehabilitación cardiaca lleva de uno a dos meses, más o menos”, comenzó diciendo el médico en una entrevista a ESPN Digital.
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Y continuó: “Pero cuando hay un daño con un infarto es muy raro que una persona regrese a la práctica deportiva de alta exigencia”.
“Es muy difícil que un deportista de alto rendimiento, regrese a una actividad de alto rendimiento”, continuó.
*Con información de EFE.