Según medios internacionales, los médicos del Austin Health en Melbourne, Australia, enfrentaron un terrible suceso en la sala de quirófano cuando a un paciente se le incendió el pecho en plena cirugía cardiaca.
La complicaciones como las perforaciones o las infecciones son hasta cierto punto comunes en una sala de cirugías, pero que a un hombre se le incendie el pecho en plena cirugía no es normal.
Los médicos de la Sociedad Europea de Anestesiología presentaron el caso de un paciente que fue sometido a una cirugía de urgencia para reparar un desgarro en la aorta, la arteria que lleva la sangre del corazón al resto del cuerpo.
A esa disección aórtica que sufría el paciente, un hombre de 60 años, se sumaba la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que padecía.
Un accidente
La EPOC provoca la formación de ampollas llenas de aire en los pulmones.
Este paciente presentaba una de esas ampollas en el esternón, así que cuando los médicos abrieron este hueso para acceder al corazón, accidentalmente reventaron la ampolla.
Este oxígeno y el que bombeaban los pulmones del paciente, entraron en contacto con una herramienta quirúrgica llamada electrocauterio, que los médicos utilizaban durante la intervención para cauterizar heridas y detener sangrados rápidamente.
A la chispa producida por el oxígeno y la electricidad del electrocauterio, se sumaron las gasas que en ese momento usaban los cirujanos como parte de la cirugía. El resultado: un incendio en la cavidad abierta del paciente que usó las gasas como combustible.
Los médicos controlaron las llamas rápidamente con solución salina. Los cirujanos revisaron el estado de los órganos y tejidos del hombre, y no encontraron ningún daño provocado por el fuego, así que procedieron a terminar la cirugía. El hombre se recupera normalmente.
Una demanda
Tras conocerse el caso, familiares del paciente realizaron una denuncia, pero al conocerse que el paciente se encuentra bien de salud la misma se eliminó.
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Fuente: EFE, LA OPINIÓN