¿Cortaste con tu pareja y tenían un perro o una mascota, quién se lo queda ahora?
Muchas parejas modernas deciden no tener hijos y optan por tener mascotas juntos, que tarde que temprano se convierten en los hijos y la responsabilidad es de ambos. Pero, ¿quién se queda con el perro cuando termina una relación?
Por ejemplo, en la caso de la reciente separación de Hemsworth y Miley Cyrus, quienes tenían en común siete perros, tres gatos, dos caballos, dos cerditos y dos ponies, y de acuerdo con información cercana a la expareja, «Miley cree que estos animales son todos suyos, pero Liam también adoptó a dos de los perros». Sí, parece que para Miley la opción más viable no es separar a sus mascotas, y ella parece estar más consternada por este tema que Liam, aunque de acuerdo con su representante «ambos son padres comprometidos con todos sus animales».
El tema es complejo, cuando se trata de niños, usualmente la custodia compartida puede llegar a un arreglo, aunque siempre es muy complicado, especialmente para los niños. Sin embargo, en el caso de las mascotas antes de recurrir a temas legales, lo mejor será intentar llegar a un acuerdo con el fin de no hacer sufrir a los animales, quienes no son los culpables de ninguna decisión.
Aunque sea un término que no le guste a la mayoría de las personas, especialmente a los defensores de los animales, de acuerdo con el Código Civil, las mascotas se consideran como bienes muebles, como semovientes, es decir, ¡como cosas! Y no sólo los perros y gatos, los viveros de animales, las colmenas (¿quién tendría una colmena en casa?, palomares o estanques de peces.
Dejando a un lado los temas legales, por más doloroso que sea, es importante considerar que las mascotas siempre tienen a un consentido en la familia, con quien mayor conexión tienen. Incluso quien lo llevó a casa, lo adoptó o lo salvó de un abandono. Por más que lo ames, si ese animalito tiene mayor conexión con tu ahora ex, es justo que se quede con él, y que ustedes lleguen a un acuerdo para que lo veas y salgas a pasear con él. Sí, como si fuera un hijo.
Pero, ¿qué pasa cuando los dueños no se ponen de acuerdo pues sienten que la conexión es igual de fuerte con ambos? Quizá deban emprender acciones legales a ir a un juicio, aunque en primera instancia te decimos que el que lo haya llevado a casa, tiene las de ganar y no habrá vuelta atrás, a menos que haya maltrato comprobable, por ejemplo.
Custodia compartida
Bajo este concepto se establecerá el régimen de visitas al animalito y cómo se cuidará de él de ahora en adelante. Incluso, se deberá definir cómo se dividirán los gastos para su mantenimiento, para comprar sus croquetas y las visitas al veterinario.
Claramente, si tienen un gato, es importante considerar que es riesgoso y estresante para ellos cambiar de territorio.
Custodia única
Otra manera un poco más complicada para una de las partes, la menos beneficiada, es que el perro, al considerarse bien mueble, sea propiedad de uno solo. Esta persona deberá indemnizar a su expareja por la pérdida de los derechos de la mascota.
Usualmente, pocas personas van a juicio para determinar quién se queda con el perro y es muy difícil tomar esa decisión. Lo ideal, aunque nunca habrá una respuesta fácil y sin dolor, será hacer lo que parezca más correcto para una mascota, pues diga lo que diga la ley, los animales no son objetos y pueden resentir muy fuerte la pérdida de sus dueños.
