Una explosión sacudió la tarde del sábado 29 de marzo en Moscú cuando una de las limusinas de lujo de la caravana oficial del presidente ruso, Vladimir Putin, explotó mientras circulaba por las calles cercanas a la sede del Servicio Federal Ruso en Lubyanka. El vehículo, utilizado frecuentemente por Putin, sufrió un atentado que aún no ha sido confirmado como un intento de asesinato o un acto incidental.
El equipo de emergencia local fue rápidamente al lugar para sofocar las llamas que se desprendían del automóvil. Afortunadamente, no se reportaron heridos ni víctimas mortales tras el incidente, aunque las autoridades rusas no han revelado detalles adicionales sobre lo ocurrido ni abierto una investigación oficial al respecto.
Alta tensión entre Putin y Zelensky
Este ataque ocurre en un contexto de alta tensión política debido a la guerra entre Ucrania y Rusia, que sigue sin resolverse. A pesar de que no se ha determinado si este fue un acto dirigido directamente contra el presidente Putin, la explosión coincide con las declaraciones del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien un día antes había afirmado en una entrevista para "Eurovisión News" que Putin "morirá pronto", sugiriendo que este sería el fin del conflicto entre ambos países.
Zelensky aprovechó la ocasión para instar a sus aliados internacionales a no levantar las sanciones impuestas a Rusia, un tema clave en las negociaciones de paz. El presidente ucraniano también expresó su confianza en que, con la muerte de Putin, se acabaría el enfrentamiento armado.
En cuanto a la situación política, Putin ha propuesto la creación de una "administración de transición" en Ucrania, excluyendo a Zelensky, antes de que cualquier acuerdo de paz sea discutido. Esta propuesta surgió tras una reciente reunión en París entre los aliados europeos de Ucrania, quienes no lograron un consenso sobre el envío de tropas para garantizar la seguridad en un posible escenario de paz.
Más de tres años después del inicio del conflicto, las víctimas mortales continúan acumulándose, con estimaciones que señalan cientos de miles de muertos, tanto civiles como militares, a causa de la guerra que sigue devastando a Ucrania. La explosión en Moscú solo aumenta la incertidumbre y las tensiones internacionales, mientras el futuro del conflicto permanece incierto.