El presidente brasileño Michel Temer, acusado de corrupción pasiva, se encuentra en el centro de una crisis política con múltiples ramificaciones.
Estos son los cinco personajes principales de la película de suspenso que tiene en vilo a la mayor economía de América Latina.
– Michel Temer, un salvador amenazado –
Llegó al poder hace poco más de un año cuando el Congreso decidió apartar del cargo a su compañera de fórmula Dilma Rousseff, y ahora ve su propio mandato amenazado.
Este veterano estratega de 76 años, que se hizo fuerte en los bastidores de Brasilia, se ha convertido en el primer mandatario en ejercicio en ser formalmente inculpado por corrupción en la historia del país.
Su gobierno está en la cornisa desde que a mediados de mayo se reveló una comprometedora grabación en la que se le oía avalar la compra del silencio del poderoso expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, actualmente preso.
Pragmático y con el apoyo de los mercados, Temer es sin embargo el presidente más impopular desde el retorno de la democracia a 1985, con apenas 5% de opiniones favorables.
Su apuesta es ser recordado como el hombre que sacó a la principal economía latinoamericana de la mayor recesión de su historia, aplicando un duro programa de ajustes.
Hijo de inmigrantes libaneses, casado con una exreina de belleza 40 años más joven, apuesta igualmente a que sus aliados voten el miércoles contra el envío de sus denuncias a la corte suprema, archivando el caso.
– Rodrigo Janot, el fiscal acorazado –
En 2013, cuando el país enfrentaba protestas y descubría la punta del iceberg de la institucionalizada corrupción brasileña, Rodrigo Janot asumía la Fiscalía General de la República.
En cuatro años, ha emitido pedidos de prisión contra algunas de las personalidades más conocidas de Brasilia, como el exdiputado conservador Eduardo Cunha y el exsenador Delcídio de Amaral, del PT (izquierda).
También pidió investigar a los exmandatarios Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff y no le templó el pulso cuando, en mayo, ordenó prisión preventiva para un fiscal por supuesta obstrucción a la justicia.
“En estos momentos, el único camino seguro es seguir el cumplimiento irrestricto de la Constitución”, dijo entonces.
El 26 de junio sumó otro hito a su carrera, formalizando ante el Supremo Tribunal Federal (STF) una denuncia contra Temer por corrupción pasiva. Podría acusarlo también de obstrucción a la justicia y de asociación para delinquir.
– Joesley Batista, el matarife de Temer –
Heredó el apetito comercial de su padre, José Batista Sobrinho, cuyas iniciales dieron nombre al grupo JBS, el gigante de la carne brasileña.
Con una carrera vertiginosa al frente de la empresa, Joesley, de 44 años, sacudió el país cuando a mediados de mayo se divulgó la grabación de una conversación con Temer en la que éste parecía consentir el pago de sobornos para mantener callado a un exdiputado.
Las delaciones premiadas de Batista y otros ejecutivos de JBS salpicaron a casi 2.000 políticos y permitieron la denuncia formal de Temer por corrupción pasiva.
“La corrupción se volvió regla del juego”, dijo el ejecutivo en una entrevista con la revista Época en junio, definiendo a Temer como el “jefe de la organización criminal más peligrosa del país”.
– Rodrigo Rocha Loures, el hombre de la maleta –
“El hombre de la maleta”. Así fue bautizado este exdiputado después de que fuesen divulgadas en mayo imágenes en las que se le ve llevando una valija con medio millón de reales (150.000 dólares).
Según la delación de Batista, el dinero era parte de un soborno ofrecido al gobierno para favorecer los negocios de la empresa.
Rocha Loures, de 60 años, fue designado por Temer para intermediar con los representantes de la compañía, según se desprende de la conversación grabada entre el mandatario y Batista, presentada como evidencia en el marco del acuerdo con la justicia suscrito por el empresario.
Fue detenido a inicios de junio pero dejado en libertad condicional el 1º de julio, usando una tobillera electrónica.
La decisión, según analistas, alivió la presión sobre este hombre de confianza de Temer, así como la tentación de hacer una delación premiada que podría ser el tiro de gracia para el mandatario.
– Rodrigo Maia, un posible recambio –
Comenzó la legislatura como diputado del derechista DEM, entonces un partido menguante, y puede acabarla como presidente de Brasil.
Jefe de la Cámara de Diputados desde julio de 2016, Maia, de 47 años, también investigado por corrupción, asumiría el poder en caso de que la Cámara de Diputados validase la denuncia contra Temer.
Muchos lo mencionan como un posible presidente de transición para concluir el actual mandato, a fines de 2018.
Hijo del exalcalde de Río de Janeiro César Maia, lleva media vida en política y conoce con detalle la Cámara que tiene ahora en sus manos.
Aliado de Temer, ha mantenido reuniones con varias fuerzas políticas desde que comenzó la crisis.
Con información de la agencia: AFP