Una estatua del médico J. Marion Sims, conocido como el padre de la ginecología moderna, ha causado controversia en Nueva York, donde políticos y líderes comunitarios pidieron hoy su retirada bajo el argumento de que experimentaba con esclavas sin tener su consentimiento ni utilizaba anestesia.
El grupo, encabezado por la presidenta del Concejo local, Melissa Mark Viverito, que representa a la comunidad del East Harlem, conocida como El Barrio, denunció que el médico de Carolina del Sur (1813-1833) realizó “sádicos y horripilantes experimentos”.
Sims vivió un tiempo en Nueva York y allí abrió el primer hospital para mujeres, donde condujo, según la política, “horrendas, dolorosas atrocidades médicas en esclavas sin anestesia” y sin que nadie lo impidiera.
Las cirugías experimentales de Sims tenían el propósito de encontrar una cura a la incontinencia urinaria que el parto causa a algunas mujeres. Cuando los experimentos fueron exitosos, realizó la cirugía en mujeres blancas, pero con anestesia, según datos biográficos.
“Los residentes de El Barrio han aguardado demasiado para que la ciudad actúe. Debemos enviar un mensaje definitivo de que los actos despreciables de Sims son repugnantes y censurables”, indicó Mark Viverito.
Los vecinos han reclamado durante años al Departamento de Parques que retire la estatua de bronce y granito, situada desde 1934 en la esquina de la famosa Quinta Avenida con la calle 103, porque “glorifica la deshumanización de las mujeres negras”, algo a lo que la agencia se ha negado.
Afirman que su presencia es una ofensa a la diversidad étnica de ese vecindario, en su mayoría habitado por negros y puertorriqueños, que también han sido blanco de experimentos médicos sin permiso ni considerar su bienestar.
La organización East Harlem Preservation lanzó una campaña contra la estatua y en su página web es clara: Sims “no es nuestro héroe”, dicen.
Por contra, hay muchos afroamericanos y puertorriqueños que han hecho grandes contribuciones médicas y científicas “que han beneficiado a nuestra comunidad”, destacan, y que son los héroes que prefieren que sus hijos conozcan.
La demanda de los residentes de Harlem se intensificó tras las llamadas a lo largo del país para retirar estatuas de líderes confederados, que apoyaban la esclavitud, y como consecuencia de los incidentes raciales ocurridos en Charlottesville (Virginia) el pasado fin de semana.
“Charlottesvile sirve como un recordatorio de que podemos marcar la diferencia. La violencia que ocurrió a manos de supremacistas blancos y manifestantes neonazis es un importante momento crítico en nuestros esfuerzos para combatir el racismo, el odio y el fanatismo”, indicó el congresista Adriano Espaillat.
Tras los múltiples reclamos de retirada de estatuas de líderes confederados, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, informó de que la ciudad revisaría lo que llamó “símbolos de odio en propiedad de la ciudad”.
Mark Viverito pidió al alcalde que incluyese la estatua del médico en esa revisión.
El Departamento de Parques ha dicho que la decisión sobre la estatua la deberá tomar el grupo convocado por el alcalde para hacer esa revisión. EFE