Unos doscientos musulmanes se manifestaron este miércoles en las calles de Granada (sur de España) en rechazo al terrorismo, tras los ataques yihadistas en Cataluña, a partir de los cuales ha habido un aumento de incidentes antiislámicos en el país.
“Es un acto para transmitir un mensaje de paz y de cariño a las víctimas” de los atropellos masivos en Barcelona y Cambrils el jueves y viernes pasado que dejaron 15 muertos y más de 120 heridos, dijo a la AFP Nizar Liemlahi, director de la asociación cultural musulmana Dar Loughat, coorganizadora de la manifestación.
Los manifestantes portaban pancartas con lemas como “Soy musulmán y quiero crecer en paz” o “nosotros también somos víctimas”, constató un fotógrafo de AFP.
El lunes, más de mil musulmanes habían marchado en Barcelona, uno de los dos escenarios donde ocurrieron los ataques en Cataluña, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico.
“Es muy importante para nosotros hacer hincapié y afirmar con determinación que nuestros valores como musulmanes son valores que tiene cualquier ser humano en este planeta”, dijo Liemlah, sicólogo marroquí residente en España desde 2010.
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La manifestación en Granada fue convocada también luego de que el sábado un grupo de miembros de Hogar Social, una asociación de extrema derecha conocida por sus acciones antiinmigrantes, rodearan la principal mezquita la ciudad.
“Quien financió esta mezquita, financia el terrorismo. ¿Por qué callan las autoridades?”, decía una pancarta del grupo, que lanzó bengalas y botes de humo, según mostraron videos y fotos en la prensa española.
Desde los ataques, ha habido un aumento de actos vandálicos contra mezquitas, con daños a sus fachadas y pintadas, a la vez que circulan videos en redes sociales que llaman a expulsar a los musulmanes, señaló Mounir Benjelloun, de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI).
“Por desgracia, después de lo ocurrido, hay una avalancha de casos que yo en 25 años en España, no he visto”, dijo a la AFP Benjell.
Hubo aumentos de incidentes islamófobos tras los ataques en Francia o Bélgica, pero nada “como ahora”, aseguró.