Un millar de personas con banderas independentistas catalanas denunciaron este sábado en Barcelona la “hipocresía” del Estado español, que participa en la marcha contra la violencia yihadista pero vende armas a países como Arabia Saudita acusados de vínculos con el islamismo radical.
“¡Vuestras políticas, nuestras muertes!”, coreaban los manifestantes, convocados por organizaciones independentistas cerca del lugar por donde una hora más tarde debía pasar la marcha contra los atentados de Barcelona y Cambrils.
Los manifestantes comienzan su recorrido por Barcelona para decirle a los terroristas #NoTincPor https://t.co/PdbwwySsTG pic.twitter.com/VeFOtRmKPu
— RTVE (@rtve) August 26, 2017
Quince personas murieron hace nueve días en esos ataques reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que motivaron la organización este sábado de una gran manifestación con la presencia del rey Felipe VI de España y del jefe del gobierno español, Mariano Rajoy.
“Me parece un acto de cinismo supremo que vengan”, decía Josep-Anton Montfort, de 64 años, traductor jubilado, denunciando las relaciones diplomáticas y comerciales del Estado español con países como Arabia Saudita.
España espera vender próximamente cinco buques de guerra a Riad por más de 2.000 millones de euros. Felipe VI, cuya familia mantiene estrechos lazos con la realeza saudita, realizó un viaje oficial allí en enero, que toda la prensa española vinculó con la negociación de este contrato.
Arabia Saudita, de donde procedían 15 de los 19 autores de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, combate a los yihadistas en su propio suelo, pero es acusada regularmente de vínculos con radicales religiosos.
Es la primera vez en la historia reciente que el rey asiste a una manifestación https://t.co/s68LYWyNbF pic.twitter.com/tlsQJLfYtf
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Así, un estudio del centro de reflexión británico Henry Jackson Society designó al país en junio como la principal fuente de financiación del islamismo radical en el Reino Unido, lo que el gobierno saudita negó “categóricamente”.
“Si (el gobierno español) hace pactos con países donde pasan estas cosas es hipócrita que vengan a la manifestación”, decía Cristina Domingo, estudiante de magisterio de 19 años, mientras a su alrededor ondeaban decenas de “esteladas”, las banderas independentistas catalanas, con una estrella blanca sobre fondo azul.
Los separatistas, que dirigen el gobierno regional catalán, están profundamente enfrentados con el gobierno de Rajoy por su deseo de celebrar el 1 de octubre un referéndum sobre la independencia, que según Madrid es ilegal y no tendrá lugar.