La madrugada del viernes, un operador del servicio de llamadas de emergencia 911 recibió la escalofriante llamada de un joven en Raleigh, Carolina del Norte, Estados Unidos.
-Creo que maté a mi esposa…
– ¿A qué te refieres? ¿Qué ocurrió?
– Tuve un sueño y luego encendí las luces y ella estaba muerta en el piso.
– ¿Cómo? ¿Cómo?
– Hay sangre en todo mi cuerpo. Y hay un cuchillo ensangrentado en la cama. Creo que la maté yo.
– De acuerdo.
– No puedo creer que hice esto. No puedo creerlo.
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Phelps, se tomó un medicamento contra la tos y se quedó dormido; sin embargo, al despertar encontró a su esposa sin vida.
“Consumí más medicina de la que debería. Tomé Coricidin… porque sé que me puede hacer sentir mejor. Como muchas veces no puedo dormir por la noche, tomo algunas… ella no se mueve. ¡Dios mío!”, dijo Phelps.
Las autoridades localizaron a Lauren Phelps con varias heridas en el cuerpo; su esposo fue imputado bajo el cargo de homicidio y quedó detenido, hoy se presentará ante la Corte.