La ONG Transparencia Internacional (TI) advirtió que la corrupción global ha mutado “cualitativamente” y se caracteriza ahora por “involucrar a actores políticos y económicos muy poderosos”, movilizar “enormes cantidades de dinero” y trabajar “a través de canales del crimen organizado”.
“La corrupción ha cambiado desde que surgió TI, es totalmente diferente, es otro tipo de animal que el que confrontamos 20 años atrás. La llamamos gran corrupción”, dijo el presidente de la organización, el peruano José Ugaz, en una conferencia dictada en el centro de pensamiento Diálogo Interamericano, en Washington.
Ugaz citó como sus principales características el hecho de que “involucra a actores políticos y empresariales muy poderosos, moviliza gigantescas cantidades de recursos y dinero, trabaja a través de canales del crimen organizado, y se mantiene impune por el poder de sus actores”.
“Al final -subrayó-, es un impuesto sobre los pobres”, al destacar los efectos de derechos humanos que supone la corrupción por la desviación de recursos que deben garantizar los derechos a la educación, sanidad o medioambiente.
Ugaz puso como ejemplo el caso “Lava Jato”, la red de corrupción en la petrolera estatal brasileña Petrobras destapada en 2014, y cuya investigación judicial ha salpicado a otras empresas brasileñas como Odebrecht, y ha mostrado ramificaciones internacionales.
“Tiene impacto en 14 países de América Latina y 3 en África (Mozambique, Angola, y Ghana), y los fiscales calculan que puede alcanzar 50.000 millones de dólares, es un caso gigantesco”, remarcó.
Ugaz subrayó que el problema de la corrupción en Latinoamérica es que está “imbricada en la estructura de nuestras sociedades” y responsabilizó no solo a los políticos sino también a los empresarios privados porque “en lugar de oponerse acceden a sumarse al juego”.
El jurista señaló solo algunos casos actuales de políticos con causas judiciales abiertas por sobornos y financiación ilícita en la región, y mencionó en concreto a los expresidentes Ollanta Humala y Alejandro Toledo, de Perú; Mauricio Funes, de El Salvador, y Ricardo Martinelli, de Panamá.
“Incluso uno de los presidentes mejor valorados, (el colombiano) Juan Manuel Santos, ha visto cómo su campaña ha sido manchada por casos de financiación ilícita”, agregó.
Transparencia Internacional, con sede en Berlín y fundada en 1993, es conocida por publicar un índice en el que mide cuán corrupto se percibe el sector público de cada país.