Aquí te dejamos algunos truquillos que los niños hacen mejor que los adultos y que puedes aprender de ellos para volver a la infancia:
– Sonríen más y sin tapujos. Cuanto más pequeños son, más sonrisas y con cualquier excusa. ¿Cuándo dejamos de sonreír tanto? Cada día que no sonreímos es un día perdido.
– Son más prácticos. Solucionan las cosas en el momento y no se preocupan por el futuro ¡eso está muy lejos!
– No hay gamas de grises, todo es de color en la vida.
– Ponen ilusión en todo lo que hacen, y todo les hace ilusión.
– No les importa la moda o si combinan los pantalones con el jersey. Son totalmente libres para vestirse y no existe el ridículo.
– Lloran sin vergüenza. Expresan sus emociones sin remordimientos y libremente ¿Quién podría criticarles por ello?
– No sienten las diferencias de género. Todos los niños son iguales y son dignos de jugar con todo lo que les rodea sin roles asignados.
– Son capaces de hacer amigos en 5 minutos y sin saber nada de sus vidas.
– Se duermen en cualquier sitio. No tienen preocupaciones. Duermen el sueño de los justos.
– Cualquier cosa es susceptible de ser usada para el juego: una caja, una cuerda…
– Están repletos de imaginación y creatividad. Sus mentes son libres y no tienen prejuicios.
– No son rencorosos y son capaces de reponerse de un enfado en un segundo.
– Sacan ventaja de cualquier situación. Si la vida te da limones ¡haz limonada!
– Hacen lo que les apetece en todo momento, sin preocuparse del qué dirán los demás.
– Y, por último, aman sin barreras y sin intereses. ¡¿Quién no querría tener todos estos dones?!