Es un director de cine de animación, productor, animador, ilustrador, dibujante de mangas y productor de anime japonés, de renombre internacional y con una carrera de cinco décadas. Junto con Isao Takahata, fundó Studio Ghibli, un estudio de películas y animación. Ha sido comparado con Walt Disney, Steven Spielberg u Orson Welles.
Entre sus filmes de animación más populares se hallan títulos como El viaje de Chihiro (que rebasó los ingresos en taquillas de Japón y superó el éxito obtenido por Titanic, también obtuvo el premio como Película del Año en los Premios de la Academia de Japón, y fue la primera película de anime en ganar un Premio Óscar), La princesa Mononoke, Mi vecino Totoro, El castillo ambulante y Ponyo en el acantilado. Sus películas hablan de la relación de la humanidad con la naturaleza, la tecnología y la dificultad de mantener una ética pacifista; las protagonistas regularmente son niñas y mujeres jóvenes fuertes e independientes.
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1. “Princesa Mononoke” (1997)
Es muy difícil escoger un número 1 de las películas de Miyazaki pero si tuviera que escoger una con el corazón, me diría “mo-no-no-ke“. La película te sumerge en un universo a la vez relatable y que va más allá de la imaginación, en la cual dibujos y criaturas de otro mundo se utilizan para comentar con elocuencia sobre temas muy reales, de manera que claramente nos está intentado enviar un mensaje, pero no es menos emocionante. Encarnando en un núcleo maravillosamente ecologista y trabajando en el tema de Miyazaki sobre la “inutilidad de la guerra“, “Princesa Mononoke” sigue a un joven guerrero, Ashitaka, quien es desterrado de su pueblo tras un acto de valor y le provoca ser maldecido, mientras él viaja a una tierra lejana de los espíritus del bosque. Conoce (y se enamora) de la princesa, la hija humana de un dios lobo, pero se encuentra en medio de un lío por la guerra en la selva.
Aunque aparentemente parezca una película infantil, vemos que los personajes son mucho más complejos de lo que esperas y muestra una imagen ambivalente del bien y el mal. Eboshi podría ser un villano pero también es una activista (feminista) que reúne como seguidores ex-prostitutas y leprosos y todo lo demás “no deseado” para crear una fortaleza de minas de hierro de la nada. Por supuesto, al mismo tiempo, ella le está robando el hábitat a los antiguos dioses. Además, vemos como las bestias no son ni lobos ni humanos, Ashitaka no es el héroe normal; no todo es blanco y negro.
https://www.youtube.com/watch?v=WVjVkpk7wKg
2. “Mi Vecino Totoro” (1988)
Mi Vecino Totoro es la película más icónica del director, parcialmente por culpa del personaje “Totoro”, un conejo/gato gigante y mágico. Pero también es la película que consagró a Miyazaki como una versión del mundo de la animación de Terrence Malick, ya que se muestran más preocupados con incluir momentos contemplativos y espirituales de extrema tranquilidad que momentos absurdos para llenar la pantalla.
La película está situada en una época de post-guerra en Japón, en un pueblo rural donde un hombre y sus dos hijas se mudan a una casa pequeña perdida en el bosque para vivir cerca de la madre enferma. Es entonces cuando las niñas descubren el mundo mágico de la naturaleza: pequeñas bolas de polvo, espíritus en forma de gatos/conejos, la magia de disfrutar de la vida. La película te deja asombrado por el mundo mágico del cineasta. Aún así, incluye elementos reales a la película, como por ejemplo, los problemas de salud de la madre de las niñas para darle un sentido más realista.
3. “El Viaje de Chihiro” (2001)
Algunas películas de Miyazaki son adaptaciones de historias clásicas de cuentos de hadas, como por ejemplo “El viaje de chihiro”; una versión “mutante” de Alicia en el país de las maravillas. Chihiro es una niña de diez años que viaja en coche con sus padres. Después de atravesar un túnel, llegan a un mundo fantástico, en el que no hay lugar para los seres humanos, sólo para los dioses de primera y segunda clase. Cuando descubre que sus padres han sido convertidos en cerdos, Chihiro se siente muy sola y asustada pero se da cuenta que tiene que madurar para combatir a espíritus malignos que habitan el universo.
Es una película extraña pero muy bonita y entretenida, como prueba, ganó un Oscar de Mejor película de animación. Representa el espíritu que tienen todos los niños de ser libres y que piensan que sus padres son unos pesados (en este caso, unos cerdos). La película es una fábula amorosamente bordada que os llevará a un lugar de pura imaginación, pero no tiene miedo a llevarte a sus hendiduras más oscuras, que esconden también algunos elementos bastante inquietantes.