Según Kay Bailey Hutchison, ese millar de fuerzas aliadas se sumaría a los 3.000 efectivos suplementarios estadounidenses que ya se dirigen hacia Afganistán, en el marco de la nueva estrategia del presidente Donald Trump en este país.
La embajadora dijo que la solicitud estadounidense a la OTAN -cuya misión contribuye a la formación del ejército afgano- no era aún definitiva.
“Nuestro objetivo es decir muy rápidamente, en unas dos semanas, lo que exactamente necesitamos” explicó.
Los ministros de Defensa de los 29 países de la Alianza Atlántica se reúnen a principios de noviembre en Bruselas, y debatirán de forma más precisa sus contribuciones.
Hasta entonces, los altos mandos militares van a estudiar los detalles de la solicitud de refuerzo hecha por Washington.