Después de cada derrota del grupo Estado Islámico (EI) en Siria y en Irak surge la misma pregunta: ¿Qué pasa con los miles de yihadistas derrotados?
Desde hace varios meses, la organización ultrarradical es blanco de ofensivas en estos dos países y Libia.
Los yihadistas perdieron la localidad libia de Sirte en diciembre de 2016, fueron expulsados de la ciudad iraquí de Ramadi en febrero de ese año, y de Mosul en julio de 2017. En Siria, los últimos reductos del EI parecen estar a punto de caer, sobre todo en Raqa, su “excapital” en el norte.
– ¿Detenidos? ¿Muertos?:
Después de cada batalla, los vencedores anuncian haber matado o detenido a cientos de yihadistas, pero es imposible verificarlo a través de una fuente independiente.
En 2014, en pleno apogeo, la organización fundamentalista contaba con decenas de miles de combatientes, entre ellos unos 40.000 procedentes del extranjero, según estadísticas estadounidenses.
“No podemos dar el número de (yihadistas) detenidos pero confirmamos que son muchos”, declaró a la AFP Mustefa Bali, un portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza árabo-kurda que combate al EI en Raqa con la ayuda de Washington.
Tanto en Mosul como en Raqa, los periodistas han visto los cuerpos de yihadistas muertos en combate, pero nunca más de unas decenas.
Varias oenegés han denunciado abusos cometidos durante las operaciones militares. En julio, tras la victoria de las fuerzas de seguridad iraquíes contra el EI en Mosul, Human Rights Watch (HRW) acusó a una unidad del ejército de realizar ejecuciones sumarias de yihadistas hechos prisioneros.
– ¿Disfrazados de civiles?:
Para escapar de las fuerzas de seguridad, los combatientes del EI intentan pasar desapercibidos entre los civiles que huyen de los combates, o mezclarse con los habitantes que se han quedado en el barrio.
En Raqa, “algunos se mezclan con la población y dicen ser desplazados”, confirma Bali, de las FDS. Pero “los localizamos en los campos (de desplazados) gracias a nuestras bases de datos”, asegura.
“Pueden transformarse en células latentes, o intentar reclutar a nuevos miembros”, estima Aymenn Jawad al Tamimi, especialista en movimientos yihadistas.
Los yihadistas pueden burlar la vigilancia de las autoridades, en particular cuando “los civiles evitan denunciarlos por miedo a actos de venganza”, recalca Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), oenegé con sede en Gran Bretaña.
Para evitarlo, las fuerzas iraquíes verifican escrupulosamente la identidad de los desplazados, con una base de datos y la ayuda de fuentes locales.
El sistema no es infalible.
“Muchos de los miembros del EI se esconden entre la población en los barrios de Mosul, especialmente en la ciudad vieja”, reconoce un responsable local iraquí.
Una infiltración que “explica los asesinatos y los atentados con bomba”, asegura Hisham al Hashimi, investigador experto en corrientes yihadistas.
– ¿Y los yihadistas extranjeros?:
Los yihadistas extranjeros, traicionados por su apariencia y acento, tienen dificultades para escabullirse entre la población. Para ellos la única opción es seguir combatiendo.
“Hay muchos combatientes extranjeros que no quieren tirar la toalla y tienen la intención de luchar encarnizadamente”, afirmó recientemente a la AFP un comandante de la coalición internacional antiEI.
Los extranjeros suelen actuar de “kamikazes” en Irak, apunta Hashimi.
En Siria, algunos intentan regresar a sus países de origen a través de la frontera turca con la ayuda de traficantes de personas, estima Tamimi.
Un repliegue tolerado por la organización que antes les prohibía abandonar la tierra del “califato”. “El grupo afirma en su propaganda que ya no está prohibido salir de los territorios del EI”, afirma el analista Charlie Winter.
Según los expertos, en Libia los yihadistas de origen árabe o africano pueden pasar desapercibidos entre la mano de obra extranjera.
– ¿Huida?:
Los yihadistas se refugian en los últimos feudos del EI, sobre todo en dos ciudades sirias en la frontera con Irak.
“Desde hace tiempo, el centro de gravedad del EI pasó (…) a Mayadin y Bukamal”, indica Winter.
Hacia estas dos ciudades, situadas sobre el río Éufrates, entre Deir Ezzor y la frontera iraquí, el grupo “ha comenzado a evacuar el grueso de sus fuerzas antes de la pérdida de un centro urbano o de un territorio”, añade.
En estas localidades, “los combates van a ser feroces porque, desde hace más de un año, el EI ha reforzado sus infraestructuras y sus efectivos”, afirma el analista.