Indignados, jóvenes ‘Dreamers’ y sus defensores denunciaron las condiciones de Donald Trump para legalizarles, como la deportación de menores centroamericanos que llegaron solos a Estados Unidos, y lamentaron este nuevo obstáculo para dar una solución definitiva a su limbo migratorio.
Las exigencias de Trump, detalladas en una carta enviada al Congreso el domingo de noche, dificultan la aprobación del proyecto de ley co-partidario “Dream Act”.
Este proyecto permitiría a casi 700.000 inmigrantes traídos a Estados Unidos sin papeles cuando niños por sus padres -conocidos como ‘Dreamers’ o soñadores- residir legalmente en el país donde han vivido casi toda su vida y del cual se sienten ciudadanos.
Trump exige que toda legislación sobre los ‘Dreamers’ incluya la financiación de un muro en la frontera con México y medidas contra niños y adolescentes que llegan solos desde Centroamérica huyendo de la violencia.
También reclama contratar a 10.000 nuevos agentes fronterizos y a miles de fiscales y jueces migratorios, disminuir fondos a las “ciudades santuario” que se niegan a denunciar a los indocumentados ante el gobierno federal y la eliminación de la lotería que otorga 50.000 “Green cards” o permisos de residencia y trabajo por año.
Todo lo contrario al Dream Act “limpio”, o sea sin condiciones, que piden los inmigrantes, sus defensores y los demócratas en el Congreso, así como un puñado de republicanos.
– Condiciones draconianas –
“Yo no quiero una Green Card a cambio de que juzguen y expulsen a estos niños de Honduras y El Salvador para que enfrenten horrores increíbles en sus países”, dijo a la AFP el ‘Dreamer’ César Vargas, el primer abogado abiertamente indocumentado de Nueva York, que ha defendido a varios de estos menores.
“Estas exigencias no tienen como objetivo dar más seguridad a nuestras fronteras, la meta es apuntar contra los inmigrantes y deportarlos, y no importa si no tienen antecedentes penales. Son principios draconianos, de la derecha supremacista y nacionalista; punto”, estimó Vargas.
El reclamo del gobierno “frena totalmente cualquier debate migratorio razonable”, opinó por su lado Javier Valdez, co-presidente de la ONG de defensa de los inmigrantes latinos Make the Road New York.
El mes pasado, el gobierno de Trump anunció que el 6 de marzo de 2018 comenzará a eliminar gradualmente el programa DACA, creado en 2012 por su antecesor Barack Obama a través de un decreto, que permite actualmente a casi 700.000 jóvenes “Dreamers” vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos gracias a la obtención de permisos renovables cada dos años.
Su decisión deja la suerte de estos jóvenes en el Congreso, que debe demostrar si es capaz de aprobar en pocos meses lo que no ha logrado en más de 15 años.
– Irrazonable –
Una reunión celebrada por Trump en la Casa Blanca a mediados de septiembre con los líderes demócratas del Congreso, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, abrió la puerta a una negociación bipartidaria para “salvar” a los Soñadores. Pero la exigente lista de condiciones del presidente les ha tomado por sorpresa.
“Esta lista va mucho más allá de lo que es razonable” e incluye el muro con México “que había sido explícitamente descartado de las negociaciones”, denunciaron Pelosi y Schumer en un comunicado conjunto.
Las exigencias de Trump “son una lista de crueldades con los inmigrantes”, estimó por su parte Héctor Figueroa, presidente de uno de los mayores sindicatos de trabajadores inmigrantes en Estados Unidos, el 32BJ SEIU, en un comunicado.
“Proteger a los Soñadores no debe estar condicionado a tratar a sus padres y a millones de otros inmigrantes como chivos expiatorios y criminales. No debe implicar el otorgamiento de fondos para expandir las fuerzas armadas a fin de seguir aterrorizando a las comunidades de inmigrantes o para construir su ridículo muro”, añadió.
Las condiciones de Trump son “píldoras envenenadas” que buscan “descarrilar esfuerzos bi-partidarios para reformar nuestro sistema migratorio inmoral, cruel, vetusto”, estimó por su lado CHIRLA, la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles.
“El Congreso solo debe estar preocupado por un principio: hallar una solución permanente, sensible, humana a la crisis que Trump creó al levantar la alfombra sobre la cual había un millón de jóvenes inmigrantes protegidos por el DACA”, añadió.