Un joven argentino no tenía trabajo y una innovadora idea para ayudar a su esposa, lo llevó a convertirse en un exitoso empresario.
Matías Delfín estaba buscando trabajo, y su esposa Julieta Soroka, era la que llevada el dinero a la casa, impartiendo clases de maquillaje.
El joven con el fin de ayudar a su esposa, construyó un espejo con luces led, para facilitarle sus clases, y vio que esos espejos tenían mucho potencial.
Ahora fábrica cerca de 200 unidades al mes y cuenta con distribuidores en Argentina, y muy pronto exportará su producto a países vecinos.
Según su proyección, a fin de año estarán vendiendo 400 espejos al mes y la facturación rondaría los $ 2 millones.
Sin embargo, estos números se multiplicarían en el futuro ya que está cerca de vender el 30 por ciento de su compañía a un inversor.