El oro forjado a partir de la colisión titánica de dos estrellas súper densas ha convertido el sueño de un alquimista hecho realidad a 130 millones de años luz de la Tierra.
Se crearon enormes cantidades de metales preciosos y otros elementos pesados, incluido el platino y el uranio, en el horno nuclear iluminado por la fusión de estrellas de neutrones, confirmando teorías sobre sus orígenes.
El evento espectacular también generó ondas en la estructura del universo, lo que llevó a la quinta detección de ondas gravitacionales en la Tierra, un gran descubrimiento en sí mismo.
Los científicos no solo “escucharon” el fenómeno midiendo las vibraciones en el espacio-tiempo, sino que también usaron telescopios satelitales y terrestres para ver la luz y la radiación saliendo de la bola de fuego estelar, apodado un ‘kilonova’.
Los astrónomos entusiasmados hablaron de abrir un “nuevo capítulo en astrofísica” y desbloquear un “tesoro” de nuevas ciencias.
El descubrimiento ayudará a los científicos a comprender mejor el funcionamiento interno y las emisiones de las estrellas de neutrones, así como la física más fundamental, como la relatividad general y la expansión de nuestro universo.
Uno de los científicos sugiere que el evento “será recordado como uno de los eventos astrofísicos más estudiados en la historia”.