Por lo general, cuando hay una barrera que impide que te acerques a un acantilado, está ahí por una buena razón.
Pero este hombre estaba decidido. Necesitaba ese selfie de acantilado, y lo iba a conseguir.
Milagrosamente, este tipo se las arregló para mantener su teléfono en la mano y su pequeño traje de baño en su lugar cuando una ola masiva lo derribó.