La exclusión de hecho de las mujeres de la dirección del Partido Comunista de China, integrada casi exclusivamente por hombres, contradice el discurso oficial sobre la igualdad de sexos en la política china.
Solamente un cuarto de los 2.300 delegados que participan hasta el el martes en el Congreso quinquenal del partido son mujeres.
“Las mujeres sostienen la mitad del cielo”, afirmaba el fundador del régimen, Mao Tsé-Tung en un eslogan de los años 1950, exhortando a la igualdad de los sexos tras milenios en que ellas tuvieron un estatuto inferior al de los hombres, bajo la China imperial.
Pero, desde la fundación de la República popular por los comunistas en 1949, ninguna ha accedido a la cima del poder: el comité permanente del buró político del Partido Comunista chino (PCC) -el grupo de siete personalidades que dirige al país.
Esta instancia será renovada el martes o miércoles pero, salvo sorpresa, continuará siendo 100% masculino.
Un peldaño más abajo tampoco las cosas son muy diferentes. Solamente hay una decena de mujeres en el Comité central, especie de parlamento interno del Partido, que cuenta con 205 miembros.
– ‘Las que sobran’ –
Una situación que ha animado a Guo Jianmei, abogada especialista en Derecho de las mujeres en China, a escribir una carta en vísperas del Congreso alertando a los delegados sobre la falta de mujeres en política.
“Pero, no hay medios para hacerse escuchar, puesto que ningún representante del Partido desea ayudarnos”, declara Guo a la AFP.
“China no tiene idea, en general, sobre los medios para promover el estatuto de las mujeres en política”, añade.
La igualdad entre los sexos está inscrita en la Constitución china. Y, en puestos iguales, las mujeres reciben en teoría los mismos salarios que sus homólogos masculinos.
Pero las tradiciones sociales alientan a la mujer a privilegiar su vida familiar respecto a su carrera.
Algo que ilustra este espíritu: a mediados de los años 2000 se acuñó un término para designar a las mujeres mayores de 27 años sin marido o novio, “shengnü” -las que sobran.
Pero, para una delegada del Congreso del Partido ya se ha logrado mucho.
“China ya ha alcanzado la igualdad de sexos. Y el gobierno apoya las aspiraciones de las mujeres”, afirma a la AFP esta representante originaria de Shanghái, quien no quiere divulgar su nombre.
En tanto las mujeres están ausentes de las más altas esferas del poder, la campaña anticorrupción emprendida por Xi en 2012 ventiló un gran número de casos de adulterio -algo contrario a las reglas morales del Partido.
– Sexo y concubinas –
“Toda línea de pensamiento o de conducta dedicada a la satisfacción de los placeres, la inacción, la pereza y a evitar las dificultades es simplemente inaceptable”, martilló Xi Jinping la semana pasada.
El más alto dirigente caído hasta ahora en el marco de esta campaña anticorrupción, ha sido el exjefe de los servicios de seguridad, Zhou Yongkang, acusado de haber “cometido adulterio con numerosas mujeres y ofrecer (usar) su poder a cambio de sexo y dinero”.
Y, en setiembre, la exestrella ascendente del PCC, Sun Zhengcai, quedó excluido por haber “violado gravemente la disciplina” y “aprovechar su poder para obtener favores sexuales”.
En 2013, un estudio de la universidad del Pueblo, en Pekín, concluyó en que el 95% de los dirigentes y cuadros caídos por corrupción habían mantenido relaciones extramatrimoniales.
“Siempre ha sido algo muy difundido”, asegura la escritora pequinesa Zhang Lijia, que se interesó en el tema para una de sus novelas.
“En tiempos antiguos, los hombres hacían alarde de su posición social gracias a sus numerosas concubinas. Actualmente, esta práctica ha vuelto con las amantes”, explica.