“Creo que es importante que escojamos la bondad y la compasión”, dijo a estudiantes de la Orchard Lake Middle School, localizada en un suburbio de Detroit, en una visita como parte de la campaña nacional para la prevención contra el “bullying” o acoso, que se expande por todo octubre.
“Te insto a que encuentres un nuevo amigo. Pregúntale qué le gusta, cuáles son sus hobbies, para que nadie se ponga triste o estresado y todos se sientan incluidos”, dijo Melania Trump a los niños.
La exmodelo eslovena, madre del hijo menor del presidente, Barron de 11 años, prometió durante la campaña electoral de 2016 que haría de la lucha contra el acoso una prioridad como primera dama, y mencionó el tema durante un discurso ante Naciones Unidas en septiembre.
Pero su elección de causa constantemente ha levantado suspicacias.
Durante la campaña, Donald Trump exhibió un propensión a lanzar ataques personales contra sus rivales y críticos, sea por su estatura, origen étnico o la discapacidad física de un reportero, y desde que asumió el poder ha sido acusado de usar la presidencia como un púlpito para la intimidación.
Para resaltar el punto, el Washington Post publicó una versión con anotaciones del comunicado sobre la visita de Melania Trump, vinculándolo con una docena de tuits en los que el mandatario tachó a sus oponentes como “perdedor”, “idiota”, “tonto”, “fracasado”, “estúpido”.
Cerca de uno de cada cuatro niños estadounidenses sufre de acoso crónico en la escuela, un problema que puede conducir a un mal rendimiento académico y una baja autoestima en el largo plazo, según un estudio publicado en enero en el Journal of Educational Psychology.