Clarence Purvis tiene 93 años de edad y estuvo casado con su esposa Carolyn durante más de seis décadas; tuvieron hijos, nietos, y en 2013, ella murió.
La pareja se conoció en 1948 en un restaurante de Reidsville, Georgia, Estados Unidos, y ese lugar fue el escenario de muchísimos almuerzos y citas, por esa razón, ahora Clarence almuerza en ese restaurante y lleva la fotografía de su esposa.
Los dos se casaron el año siguiente, y pasaron los siguientes 63 construyendo una vida, una familia y un amor como pocos nunca.
En octubre de 2013, ella dejó de venir con Clarence, pero él no renunció a su compañera, y por eso lleva su fotografía.
“Ella siempre estuvo conmigo cuando estábamos viviendo. Ella está conmigo ahora”, expresó el abuelito a un canal de televisión local WTOC..
Joyce James, la dueña del restaurante, explicó que el anciano ha tocado los corazones de sus vecinos y los visitantes que llegan al lugar.
Muchos han intentado convencer a Clarence de que está solo y necesita un nuevo amor; sin embargo, él dedica su tiempo a ayudar a cortar el césped de la iglesia, de sus vecinos, y muchas veces sin cobrar, únicamente por sentirse útil.
Además de almorzar junto a la fotografía de su esposa, él visita la tumba de su amada unas cuatro veces a la semana, se arrodilla, y besa el retrato de Carolyn que esta pegado a la lápida.
“Te amo cariño. Desearía que pudieras ir a casa conmigo. Vamos. No puedes ir o lo harías, ¿no? Me quedaría en tu lugar “, expresa el anciano.
“Ser el primer amor de alguien es genial. Pero ser el último de alguien es más que perfecto”, expresa.
Con información de WTOC