Laika, una perrita recogida en las calles de Moscú, se convirtió hace hoy 60 años en el primer ser vivo en orbitar la Tierra en un histórico vuelo sin retorno que abrió las puertas del espacio a la humanidad.
Había transcurrido apenas un mes desde el lanzamiento del Sputnik, el primer satélite artificial de la Tierra, y los científicos soviéticos ansiaban conocer cómo se comportaría un ser vivo en condiciones de ingravidez, con vistas a enviar a un hombre al espacio.
Con anterioridad se habían realizado experimentos con animales, con monos en Estados Unidos y perros en la Unión Soviética, pero solo en vuelos suborbitales.
Debido al diseño del Sputnik 2, el perro debía pesar entre 6 y 7 kilos, por razones de espacio e higiene se daba preferencia a las hembras: a diferencia de los machos no levantan la pata para orinar, lo que facilitaba la colocación de un sistema sanitario.
Mire el video en la siguiente página, dar click en 2.
COMPARTIR