“Salvado por la campana” o “Me salvó la campana” es una expresión que escuchamos regularmente, no solo en Guatemala, en gran parte de América.
Es muy utilizada entre estudiantes, además con esa expresión se conoció la serie televisiva de 1980; sin embargo, tiene orígenes siniestros.
Algunas personas aseguran que la frase corresponde más a una pelea de box, ya que el sonido de la campana puede dar por finalizado el round, antes de ser noqueados.
La Prensa deportiva del siglo XX se refería así a los boxeadores que eran “Salvados por la campana”, cuando estaban a punto de perder en el round.
Pero su origen es más antiguo y macabro, según relatos del folclor estadounidense.