Un joven de 24 años de Kansas City, tras ser detenido se libró de un interrogatorio policial de una manera ingeniosa, confusa y asquerosa: soltó un gas que nadie estuvo dispuesto a soportar.
A principios del mes pasado Sean A. Sykes fue detenido después de que la policía registrara su auto y encontrara una mochila que contenía drogas y armas.
Según informó el departamento de policía de Kansas, una de las armas había sido robada de un automóvil unos días antes del arresto.
Después de ser llevado para interrogarlo, se le preguntó al individuo sobre su dirección, y de acuerdo con el informe del detective que lo estaba interrogando, Sykes se inclinó hacia un lado de su silla y soltó una fuerte flatulencia antes de contestar la pregunta y así continuó a lo largo de la entrevista.
El hedor era tan insoportable que todos los que se encontraban en la habitación se vieron obligados a salir y esperar hasta que desapareciera.
Un un mes después, Sean Sykes volvió a ser detenido debido a que la policía encontró marihuana, crack y un revólver calibre .38 que según los informes también fue robado.
Sykes está acusado en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos por posesión y la intención de suministrar cocaína, así como ser un delincuente en posesión de tres armas de fuego, dos de las cuales fueron denunciadas como robadas.