Estados Unidos está dispuesto a sentarse a negociar con Corea del Norte “sin condiciones previas”, declaró el martes el jefe de la diplomacia de ese país, Rex Tillerson, a pesar de que sigue decidido a lograr por todos los medios, incluidos los militares, que Pyongyang renuncie a tener armas nucleares.
Pero mientras Washington parecía flexibilizar su posición frente a Pyongyang, el dirigente norcoreano, Kim Jong-Un, alimentó la guerra de palabras de los últimos meses, al dar a conocer su intención de convertir a su país en “la potencial nuclear y militar más grande del mundo”.
Hasta el momento, Estados Unidos sostenía que toda negociación debía limitarse a la discusión sobre la desnuclearización de la península coreana.
“Encontrémonos y hablemos del clima si quieren, o discutamos si hace falta una mesa cuadrada o una redonda si eso les da placer”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense. “Pero al menos veámonos frente a frente y luego podremos comenzar a establecer una hoja de ruta hacia aquello a lo que queremos llegar”, afirmó.
Donald Trump amenazó varias veces con “destruir totalmente” a Corea del Norte en caso de ataque de parte del régimen de Kim Jong-Un.
Presidente Trump dice que negociar con Corea del Norte es "una pérdida de tiempo".
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— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) October 1, 2017
“importante prevenir una guerra”
Un alto enviado de la ONU dijo el martes a su regreso de Pyongyang que funcionarios de Corea del Norte consintieron en la necesidad de prevenir una guerra pero no ofrecieron ninguna propuesta concreta de conversaciones.
“Aceptaron que era importante prevenir una guerra”, dijo Jeffrey Feltman, subsecretario general de Asuntos Políticos de la ONU, a periodistas tras informar al Consejo de Seguridad sobre su viaje de cuatro días a Corea del Norte.