Una mujer fue condenada hoy por tercera vez por la muerte de su hijo de tres años de edad en 1990 en una casa de Miami Beach y afronta una pena capital tras el veredicto de un jurado.
Ana María Cardona, de 56 años, estaba acusada del asesinato en primer grado de su hijo Lázaro Figueroa, quien fue hallado sin vida y con señales de maltrato en unos arbustos de una vivienda de Miami Beach (Florida).
Este es el tercer proceso que se le sigue a la mujer, quien en dos previos juicios también había sido hallada culpable y condenada a la pena de muerte, aunque ambos fallos fueran revocados por la Corte Suprema estatal.
La primera condena de culpabilidad y sentencia (1992) fue revocada porque los fiscales no revelaron evidencia clave a la defensa, mientras que la segunda (2011) fue anulada por declaraciones impropias hechas por fiscales durante la presentación de los alegatos finales.
En este tercer juicio la Fiscalía, que pidió cadena perpetua en vez de la pena de muerte, destacó la “horrenda” agonía que padeció el menor, que presentaba en el momento de su muerte desnutrición, fractura de huesos y heridas infectadas, entre otros abusos físicos.
Cardona defendió durante este proceso su inocencia y, como luego lo hizo su defensa, culpó de la muerte de Figueroa a Olivia González, quien en ese entonces era la pareja de la acusada.
González, testigo clave de la Fiscalía en el primer juicio, confesó que Cardona torturó al niño y admitió que ella misma le había golpeado, aunque agregó que fue la madre quien propinó el golpe fatal al menor con un bate de béisbol.
González fue hallada culpable de asesinato en segundo grado, condenada a 20 años de prisión y liberada en 2008.
La Policía denominó el caso “Baby Lollipops”, por el letrero de una camisa que el niño llevaba puesta cuando fue encontrado muerto.
Fuente: EFE