El juicio contra Sergej W., el germanorruso que intentó aniquilar al equipo de fútbol de Dortmund en abril para tratar de enriquecerse en bolsa, comenzó el jueves en un tribunal de la ciudad alemana.
Está previsto que el proceso dure tres meses, con 18 audiencias escalonadas hasta el 28 de marzo. El sospechoso, de 28 años, deberá responder por las 28 tentativas de asesinato, contra las personas que se encontraban en el autobús atacado por las bombas y contra un motorista de la escolta de la policía.
En teoría se enfrenta a la cadena perpetua
Varios jugadores se constituyeron como parte civil, pero es poco probable que acudan personalmente a declarar.
Los tres artefactos explosivos llenos de varillas metálicas, escondidos en un seto, estaban mal colocados y dejaron solo dos heridos, el defensa español Marc Bartra, lesionado en la muñeca por los cristales que estallaron, y el policía que escoltaba en moto el autobús que sufrió un trauma auditivo.
Uno de los clavos propulsados por la deflagración se incrustó en el reposacabezas del asiento que ocupaba Bartra. El jugador español, según los expertos, se salvó de la muerte por unos pocos centímetros.
El abogado del acusado, Carl Heydenreich, parecía querer sacar provecho de estos hechos para demostrar que su cliente no tenía una intención criminal. “En el autobús solo entró un pedazo de metal. Se demostró que solo un pedazo de metal alcanzó el autobús. Haceos la pregunta: ¿No pudo o no quiso?”, declaró ante la prensa antes de la apertura de las deliberaciones.
La defensa culpó igualmente a “una campaña mediática sin precedentes para juzgar unilateralmente” a Sergej W. antes incluso de que la justicia se pronuncie.
Ese 11 de abril, el equipo se dirigía al estadio para disputar el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones contra el AS Mónaco.
– Un partido inhumano –
Las autoridades deportivas, en acuerdo con la dirección del club, aplazaron el partido 24 horas. Todavía traumatizados, los jugadores del Borussia Dortmund perdieron 2-3. Una semana más tarde, fueron eliminados de la Liga de Campeones tras otra derrota en el partido de vuelta (3-1).
Casi un año después, algunos jugadores aseguran que todavía sienten angustia. Si explota un petardo o un vehículo pasa demasiado cerca del autobús de vuelta al hotel, “comienzo a hacerme películas en la cabeza”, declara Matthias Ginter, trasferido desde entonces al Mönchengladbach.
Justo después del atentado, la investigación se orientó en principio hacia la pista de terrorismo islamista, basándose en cartas dejadas en el lugar por el autor. Después hacia las pistas de la extrema derecha y de la extrema izquierda alemanas.
Finalmente, la policía llegó hasta el joven, cuyo plan era matar a varios jugadores para hacer caer en bolsa las acciones del club, contra las que especuló a la baja.
Las investigaciones revelaron que había pedido un préstamo de 50.000 euros para sus operaciones financieras. El hombre había comprado opciones de venta (“put options”) apostando por la caída de los precios de la acción del Borussia, con un vencimiento para el 17 de junio de 2017.
El drama tuvo graves consecuencias en la vida del club. El entrenador Thomas Tuchel arremetió contra el presidente del club, Hans-Joachim Watzke, considerando que era inhumano haber hecho jugar el partido al día siguiente del atentado, cuando se desconocían los motivos o el autor del ataque.
Estas diferencias, sumada a otras ya existentes, acabaron minando la relación entre el entrenador y los dirigente, que le despidieron al final de la temporada, justo cuando acababa de ganar la copa de Alemania y terminaron terceros en la Bundesliga.