Nueve personas murieron en las últimas horas en el centro Irán, donde los manifestantes intentaron tomar por asalto una comisaría, mientras sigue en todo el país una ola de protestas contra la situación económica y el gobierno.
En total 21 personas, entre ellas 16 manifestantes, murieron desde el jueves, cuando empezaron en la ciudad de Mashhad (noreste) las protestas contra las dificultades económicas y el poder, que luego se extendieron por todo el país.
Aunque Teherán, la capital, se ha visto menos afectada, las autoridades anunciaron este martes 450 detenciones desde el sábado.
“Minoría”
El presidente Hasan Rohani acusó a una “pequeña minoría” de “agitadores” de ser responsables de las manifestaciones pero aseguró que el gobierno está dispuesto a “resolver los problemas de la población”, en particular el desempleo, que afecta al 12% de la población activa.
Las autoridades desplegaron fuerzas de seguridad suplementarias para hacer frente a las protestas, que de momento no parecen tener un liderazgo claro.
Según la televisión estatal, seis manifestantes murieron en enfrentamientos durante la noche con las fuerzas de seguridad, cuando intentaban tomar por asalto una comisaría en Qahderiyán, en la provincia de Isfahán.
En Jomeini Shahr, una ciudad de la misma región del centro del país, un niño de 11 años murió y su padre resultó herido por disparos de manifestantes cuando pasaban cerca de una protesta.
Por otra parte un miembro de los Guardianes de la Revolución murió y otro resultó herido por disparos de un fusil de caza en Kahriz Sang (centro). Las autoridades también anunciaron la muerte de un policía por disparos de un arma de caza en Nayafabad.
Detenidos
El lunes un centenar de personas fueron detenidas en la provincia de Isfahán, según la televisión oficial.
En Teherán solo unos pocos manifestantes intentaron salir a las calles en el barrio universitario, en el centro de la capital.
“Doscientas personas fueron detenidas el sábado, 150 el domingo y alrededor de 100 el lunes”, declaró el vicegobernador de Teherán, Alí Asghar Naserbajt, a la agencia de prensa Ilna, cercana a los reformadores.
“No permitiremos de ninguna manera que la inseguridad continúe en Teherán. Si continúa los responsables tomarán las decisiones para ponerle fin”, advirtió por su parte a los medios iraníes Esmail Kosari, el número dos de la base de los Guardianes de la Revolución, que se ocupa de la seguridad de Teherán.
“Cada día que pasa, el crimen de las personas detenidas es cada vez más grave y su castigo será más duro. No los consideramos como personas que protestan para reclamar sus derechos sino como personas que atacan al régimen”, dijo el jefe del tribunal revolucionario de Teherán, Musa Ghazanfarabadi, citado por la agencia Tasnim.
– ‘Contrarrevolucionarios’ –
Las autoridades acusan a los “alborotadores” armados de infiltrarse en las manifestaciones mientras que algunos dirigentes acusan de los disturbios a “contrarrevolucionarios” instalados en el extranjero.
El general Rasul Sanairad, responsable político de los Guardianes de la Revolución, acusó en particular a los Muyahidin del Pueblo de Irán, una organización en el exilio, y a grupos monárquicos del extranjero de “estar detrás” de las protestas, según la agencia Tasnim.
Por su parte el viceministro iraní de Interior, Husein Zolfaghari, se mostró más optimista. “En la mayoría de regiones del país la gente coopera con las fuerzas responsables de mantener el orden y la seguridad. Los disturbios en algunos lugares se acabarán muy pronto”, dijo según varios medios.
Las protestas son las más importantes desde el movimiento de 2009 contra la reelección del presidente ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.
Para frenarlas, las autoridades decidieron bloquear las aplicaciones Telegram e Instagram que los manifestantes usan para organizar las manifestaciones.
El presidente Rohani, elegido en mayo para un segundo mandato, ha sacado al país del aislamiento internacional gracias al levantamiento de sanciones internacionales, posible por el histórico acuerdo de 2015 con las potencias internacionales.
Pero el acuerdo no ha traído la mejoría económica esperada.
Turquía expresó este martes su preocupación por la situación y pidió en un comunicado “sentido común” para “prevenir la escalada”.
El presidente estadounidense Donald Trump aseguró por su parte que las manifestaciones demuestran que ha llegado el “tiempo del cambio” en Irán.