El robo del cuerpo de un bebé en la víspera de Navidad se ha relacionado con una secta satánica.
Los padres de Ciro Aranda, de un año, descubrieron que los restos de su hijo habían sido robados de una sala de almacenamiento del cementerio el día antes de Navidad después de la muerte del bebé el 10 de diciembre.
Ahora el abogado de los padres afirma tener pruebas que apuntan a un culto satánico en el pequeño pueblo de Otamendi, situado a unos 40 kilómetros de la ciudad de Miramar, en la provincia argentina de Buenos Aires.
Alberto Aranda y su esposa Mara fueron a visitar el ataúd de su hijo para colocar flores.
El bebé murió de neumonía a principios de mes con tan solo un año y dos meses de edad.
Como el cementerio no tenía nichos disponibles, los padres acordaron guardar los restos de su hijo en una pequeña habitación cerrada con llave hasta que tuvieran una espacio disponible.
La Dra. Ana María Caro, la principal fiscal a cargo de encontrar el cadáver, informó que las autoridades están actualmente buscando granjas locales y el campo circundante. “La operación continúa”, dijo a los medios locales.