Juan Orlando Hernández será investido hoy presidente de Honduras con el aval de la mayoría de países americanos pese al duro informe técnico de la OEA que no lo reconoce como vencedor por las irregularidades del proceso electoral.
La misión de observación que la OEA envió a Honduras mantiene que hubo “irregularidades, errores y problemas sistémicos antes, durante y después” de los comicios del 26 de noviembre, lo que unido al “estrecho margen de los resultados” impide “tener certeza” sobre el ganador. Repetición de eleccionesLa rotundidad de ese informe hizo que el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidiera en diciembre la repetición de las elecciones, un llamado que ignoraron países poderosos de la región como Estados Unidos, México y Colombia. A la vuelta de las Navidades, Almagro aumentó su presión sobre las naciones de la OEA al solicitarles que aprobaran las conclusiones de los observadores en su primera reunión del año. Ninguno de los países miembros -todos los del continente menos Cuba- atendió esa petición, ya que no quieren sentar el precedente de que los reportes electorales tengan que aprobarse, la costumbre es solo “tomar nota”, según explicaron a Efe fuentes presentes en las negociaciones. Además, decir sí a ese informe contradecía la postura expresada por la mayoría de gobiernos de la región que, salvo excepciones como Venezuela y Bolivia, ya habían reconocido y felicitado a Hernández como presidente electo legítimo. Ni siquiera los países que consideran un fraude la victoria de Hernández quisieron votar el informe, “nadie quiere que esto se le vuelva en contra, sobre todo en un año cargado de elecciones en la región”, indicaron a Efe fuentes diplomáticas. “Me imagino que ninguno quiere intromisiones internacionales, pero las consecuencias de esto son graves para la región y la OEA”, dijo a Efe Adriana Beltrán, experta de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA). “Socava la labor de la OEA, de sus misiones electorales, no se le dio respaldo a un informe sumamente fuerte en señalar las múltiples irregularidades que ocurrieron en el proceso y los países reconocieron a Hernández como ganador”, señaló. Reacción preocupanteEn su opinión, “es lamentable y preocupante esta reacción de la comunidad internacional” y “el hecho de que ningún país apoyara el llamado de Almagro a nuevas elecciones”. Coincide con ella el presidente del Diálogo Interamericano, Michael Shifter, para quien “la falta de una respuesta efectiva y una posición fuerte sienta un precedente problemático para el resto de la región”. “Almagro estaba prácticamente solo pidiendo otras elecciones. Ningún Gobierno de la región mostró interés en presionar sobre este asunto, en fuerte contraste con lo ocurrido en el golpe de Estado de 2009 en Honduras”, apuntó. La organización Human Rights Watch (HRW) también considera “gravísimo” e “impresentable” que los países de la OEA “hagan la vista gorda” ante la crisis poselectoral hondureña. “Lo más grave es que hubo una misión de la OEA en el terreno y a pesar de todo ello el Gobierno de Honduras se sale con la suya al hacer el resto de países la vista gorda. Eso erosiona fuertemente la credibilidad del organismo, no del secretario general, pero sí de los Estados miembros, para tratar estos temas en el resto de la región”, sostuvo el director de HRW en América, José Miguel Vivanco. Discreto avalEste lunes, sin ofrecer una explicación al respecto, Almagro dio un discreto aval a Hernández con un breve comunicado en el que manifestaba su “firme intención de trabajar en el futuro con las autoridades electas de Honduras”, algo que el mandatario hondureño celebró como un “reconocimiento de la OEA”. Ante esos vítores, Almagro reafirmó al día siguiente su apoyo al duro informe electoral de la OEA y la misión subrayó que mantiene sus conclusiones. Algo que destacan todos los expertos consultados por Efe es la posición de Estados Unidos, que “reconoció la victoria de Hernández prematuramente cuando había aún serios interrogantes sobre el proceso y los resultados formales”, apuntó Eric L. Olson, subdirector del programa Latinoamericano del Wilson Center. Para Vivanco, hay “un doble rasero” del Gobierno Trump en el caso hondureño: “se trata de un aliado y por eso tiene carta blanca para ir adelante hasta con un virtual fraude electoral”. “El Gobierno ha dado declaraciones sumamente fuertes en el caso de Venezuela pero cuando se trata de un país amigo como Honduras, socio en la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y la inmigración irregular, mira hacia otro lado”, destacó Beltrán. EFE |