La más evidente: eres su terapeuta.
«¿Cómo crees? No podemos tener nada, eres como mi hermana menor. Además, ya sabes que me gustan más grandes para que me enseñen, pero te quiero. ¿Nos vamos ya?»
De esta cruel forma me mandaron a la friendzone y tuve que quedarme con el corazón roto y la dignidad en el suelo. Pensé que tal vez, si le confesaba mis sentimientos, él me correspondería y seríamos una pareja feliz, pero no fue así. A cambio sólo tuve momentos incómodos y noches de llanto interminable.
Después de ello, me juré no volver a hacerlo. Jamás le confesaría mi amor a una persona a menos que estuviera segura de que era recíproco. No obstante, lo hice dos veces más y no hubo sorpresas. Pero a decir verdad, cada ocasión me dolía mucho menos. Sí, se sintió como una puñalada en el corazón, se derrumbó mi mundo cada vez, se me nubló la vista y lloré por días. Pero debo decir que las tres experiencias no fueron en vano, aprendí a identificar cuando alguien me deja en esa peligrosa y terrible zona.
Nunca salen solos
Cuando quedan de verse, desafortunadamente, siempre hay alguien más en la cita. Ya sean los amigos en común, su hermano menor o su mejor amiga. Si le sugieres que se vean únicamente los dos, pone algún pretexto y nunca lo logras.
Te habla de otras personas
Sí, en plan amoroso. Si ve a alguien que llama su atención en la calle no duda en decirte cuánto le gustaría ir de su mano, te cuenta sobre sus ligues en la fiesta anterior e incluso te pide consejos para acercarse a alguien.
No hay contacto físico
Cuando lo hay es un roce completamente accidental. Jamás ha intentado tomar tu mano y mucho menos trata de abrazarte o de tener un acercamiento más íntimo.
Eres su terapeuta
Te cuenta cómo es que su ex lo cortó, quién le gusta y cómo fue que conoció al amor de su vida. Llora, se queja y te pide consejos en el plano amoroso.
Te sugiere parejas
Te enseña fotos de sus amigos, te quiere presentar a alguien de la oficina, te hace match al estilo Tínder con los desconocidos en la calle o simplemente te sugiere personas con características que podrían ser compatibles contigo.
Ya no te escribe igual
Si ya hubo algo entre ustedes y de pronto su actitud hacia ti cambia, lo primero que dejará de hacer será escribirte como lo hacía antes. Si tú empiezas la conversación quizá no te conteste rápido o no lo haga de la misma forma que solía ser.
Tú empiezas la conversación
Ya sea frente a frente o en línea, nunca recibes un “Hola, ¿cómo va todo?” sin que tú lo propicies.
Es cortante
Si tú has comenzado la conversación y te contesta con monosílabos o ademanes, está intentando no entablar una charla. Si on line hace lo mismo y responde con emojis o gifs, probablamente no quiera seguir hablando contigo.