El primer hombre británico conocido, que vivió hace 10.000 años, era negro y tenía los ojos azules, según la reconstitución de su rostro hecha por un equipo de investigadores.
Conocido como “Cheddar Man”, por el nombre del lugar del sudoeste de Inglaterra donde se descubrió su esqueleto, este hombre tenía el rostro angulado, el cabello negro ondulado, ojos azules y una tez oscura.
“Es sorprendente ver que un británico de hace 10.000 años podía tener la piel muy oscura y los ojos azules”, explicó Chris Stringer, director de investigaciones del Museo de Historia Natural de Londres.
La reconstitución fue posible gracias a dos factores: la calidad del ADN extraído, particularmente bien conservado para un esqueleto tan viejo, y las nuevas técnicas de secuenciación del genoma -con las que se puede determinar la secuencia genética completa de un organismo.
Hoy en día, alrededor de un 10% de la población británica blanca es descendiente de ellos.
El cambio hasta una tez más clara dominante entre los británicos se debió en parte “a la invención de la agricultura” y a la modificación de la dieta, más pobre en vitamina D, explicó Stringer.
“No sugerimos que ‘Cheddar Man’ evolucionó hasta desarrollar una piel más clara, sino que hubo oleadas de población de personas que dominaban la agricultura, y aportaron el gen de un color de piel más clara”, añadió.
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