La prisión de máxima seguridad de Qincheng, en China, alberga a un gran número de altos funcionarios desacreditados del Partido Comunista chino.
La prisión actualmente se encuentra abarrotada de reclusos, producto de la feroz lucha anticorrupción del presidente Xi Jinping, que en cinco años ha encarcelado a más de 1,3 millones de funcionarios de varios todos los niveles.
Cada año con motivo del Año Nuevo Lunar se permitía a algunos de los presos comer con sus familiares, pero este año la celebración ha sido cancelada, debido a la falta de espacio para acomodar las reuniones familiares.
“Antes la prisión permitía a los presos mayores de 60 años celebrar una comida en la cárcel con un número limitado de familiares directos antes del Año Nuevo Lunar”, detalló una fuente.
“Pero este año la prisión ha cancelado la celebración con la familia; y no solo eso, también han prohibido que cualquier recluso reciba visitas durante los quince días previos y posteriores al Año Nuevo”.
De acuerdo con el periódico, los presos en Qincheng son cuidadosamente monitoreados y algunos exreclusos han contado que fueron maltratados en el centro penitenciario.
Un líder del movimiento democrático de Tiananmén en 1989, encarcelado después de la represión y liberado hace más de una década, contó que entonces todos los presos de Qincheng permanecían en régimen de aislamiento en una celda de unos 16 o 20 metros cuadrados.
Con información de RT