Cada nación tiene sus propias normas, aunque algunas pueden parecer más insólitas que otras, en Carolina del Norte, Estados Unidos, una madre deberá pasar una semana en la cárcel por bautizar a su hija, de dos años.
Kendra Stocks, había sido advertida de que no podía realizar la ceremonia sin la autorización del padre de la menor, Paul Schaaf, de quien se divorció un par de años atrás.
Durante el litigio judicial por la tenencia de la menor, un tribunal señaló que Stocks debía contar con el consentimiento del padre para todas las decisiones que afectan a la hija, incluida su formación religiosa.
Paul Schaaf habría estado de acuerdo con el bautizo, pero se enteró de la ceremonia después de que se realizó.
Kendra Stocks decidió llevar a cabo el ritual religioso sin avisarle, evento que era muy importante para él.
En tanto, el abogado de Schaaf subrayó que la condena no es por el bautismo en sí, sino por ignorar la decisión del juez.
“Para que el sistema funcione, debe haber consecuencias para una violación intencional a una orden de la corte”, indicó.