Las ahora esposas de 31 reos se vistieron con sus mejores prendas para contraer matrimonio.
Los prisioneros celebraron la boda de más de tres decenas de ellos en la cárcel de máxima seguridad El Pozo en Ilama, Santa Bárbara, Honduras.
Con vestidos de gala y otros atuendos blancos las novias hicieron a un lado que sus parejas estuvieran privados de libertad.
Las condiciones legales no fueron un impedimento para pronunciar sus votos y unirse “para toda la vida”.
Las nupcias se hicieron reales gracias a las peticiones de los abogados defensores de cada preso que debía hacer la solicitud al Consejo Técnico Interdisciplinario (CTI) hondureño.