Un británico puede ser uno de los más tatuados del mundo después de cubrir casi todo su cuerpo e incluso impregnar sus globos oculares con tinta negro azabache.
Eli Ink, de 27 años, es un tatuador de Brighton que ve su cuerpo como un lienzo para exhibir su mejor obra.
Más de 10 años ha tatuado casi cada centímetro de su piel en capas de tinta negra e incluso se ha puesto tinta en los globos oculares.
Enormes camillas fueron implantadas en su nariz y labio inferior para estirarlas en formas inusuales como parte de su modificación corporal.
Dijo que sus tatuajes y modificaciones son a la vez seriamente planificadas y esporádicas, lo cual, según él, es un reflejo de su propia personalidad.