Medía más de seis metros de largo y pesaba alrededor de dos toneladas
Aunque los ataques de los tiburones hacia los humanos se hayan dado en raras ocasiones (a pesar de lo que diga la leyenda urbana), sí es cierto que los ataques más anécdoticos han sido lo de los tiburones blancos. Y en cualquier caso, tener a un enorme tiburón acechando tu jaula en pleno mar abierto a doce metros de profundidad, nos aterroriza un poco.
En las islas Guadalupe de México, un grupo de submarinistas encontraron a este tiburón blanco de proporciones inusuales. “Mediría más de seis metros de largo, un absoluto Goliat”, señaló John Maher, que lleva años buceando. Junto a los demás buceadores, Maher había estado tres días documentando a los grandes blancos en acción para una investigación sobre los tiburones, y reconoció que este tiburón era “el más grande que había visto en su vida”.
Al principio vieron al tiburón de lejos, pero lentamente se fue acercando a la jaula hasta (según las propias palabras de Maher), “presentarse a los buceadores”. Lo que pone los pelos de punta es que el tiburón empezó a camuflarse con la profundidad del mar, y según el experto, esto lo hacen justo antes de atacar a su presa para pillarla desprevenida.
A pesar de lo que debe imponer tener a un tiburón blanco de tamaño estratosférico a pocos centímetros, eso no achantó al submarinista: “Dejé mi cámara a un lado para estudiar su belleza. Tener contacto visual con un gran tiburón blanco es una experiencia espiritual”.